1.6.13

No rendirse a la lluvia

Este poema lo encontré releyendo el magnífico y divertido libro de Antonio Cabezas La literatura japonesa.  Es del poeta Miyazawa Kenji (1896-1933), coetáneo de Machado y de Lorca y del que casualmente estoy leyendo una novela titulada Noche sobre la vía del tren galáctica.
No digo nada del poema porque se comenta solo.

No rendirse a la lluvia,
no rendirse al viento,
no rendirse a la nieve ni al calor del verano.
Tener un cuerpo enérgico,
vivir sin apetitos,
no rendirse a la ira en absoluto,
sonriendo siempre dulcemente.

Tomarse cada día sus escudillas de arroz,
su sopa de soja y su ración de verduras.
Viendo, escuchando, comprendiendo
las cosas sin sentimentalismos,
sin echarlas en el olvido.
Vivir en el campo en un chocita de juncias
a la sombra de un bosque de pinos.

Y si al Este se encuentra enfermo un niño,
ir a cuidarlo.
Y si al Oeste se encuentra cualquier cansada madre,
ir a transportarle su gavilla de arroz.
Y si al Sur se encuentra alguien a punto de morir,
ir a decirle que no tenga miedo.
Y si al Norte alguien pelea y se mete en pleitos,
ir a decirle que se olvide de cosa tan tediosa.

Llorar cuando hay sequía.
En los veranos fríos dirigirse acá y acullá desconcertado.
Siendo tratado como un inútil.
Sin ser halagado en absoluto.
Sin ser compadecido en absoluto.
Un hombre así
quiero ser yo.


(traducción de Antonio Duque)


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