30.9.08

Yo no odio España,

pero Sánchez Ferlosio sí. Al menos eso ha dicho al presentar un libro de ensayo titulado certeramente God&Gun. ¿Qué será de nosotros cuando no estén estos maravillosos cascarrabias de la cuerda de Unamuno, Baroja o García Calvo?
Amplíen la información aquí: http://www.elpais.com/articulo/cultura/Sanchez/Ferlosio/Odio/Espana/siempre/iria/extranjero/elpepucul/20080930elpepucul_8/Tes

29.9.08

La mujer en Japón

Desde que volvimos de Japón hemos tenido varias conversaciones/discusiones sobre el controvertido asunto de la mujer japonesa. Parece, para empezar, que hay una pequeña confusión: 1.- no todas las japonesas son geishas (hay unos cientos en todo el país) 2.- Las japonesas no son las mujeres chinas de hace dos generaciones a las que les comprimían los pies para que parecieran más bellas. La mujer japonesa es muy parecida a la mujer occidental. Se gasta una pasta en coméstica, trabaja como como el que más (en Nara vimos a una que tiraba de un carro con turistas), lleva la casa... Vamos, lo de siempre/ahora. Es cierto que es más recatada o tímida que la española (no digamos que la italiana). Es cierto que las camareras en los restaurantes con tatami se arrodillan para ponerte la comida, cosa nada extraña si estás sentado en el suelo. Pero lo peor de la opinión que se tiene sobre la mujer japonesa es que está basada en... la nada. Gente que nunca ha estado allí y que nunca ha leído nada sobre el tema, más allá de cuatro noticias tendenciosas, se enfrasca en una conversación en la que le faltan muchos datos.

28.9.08

Nueva foto de cabecera

Es una perspectiva aérea de Shinjuku, una de las estaciones más importantes de Japón. El edificio de dos torres es el gobierno de Tokio y su diseño está inspirado en Notre Dame. A la derecha se ven tres torres con final triangular. Es un rascacielos en cuyo interior está el hotel donde se rodó Lost in Translation. Todos los días que estuvimos en Tokio teníamos que pasar por Shinjuku para coger el metro. Aquello es como si juntaran las estaciones de la Puerta del Sol encima de Chamartín y le pusieran al lado y/o debajo/encima tres o cuatro cortes ingleses. A pesar de todo la gente va tranquilamente a sus cosas y no hay agobios, ni los peligros típicos de las grandes ciudades.

Vídeo (match 1)

En el Diario Sur han colgado este vídeo de un avión traspasando la barrera del sonido.
http://www.diariosur.es/multimedia/videos/436713.html

25.9.08

Educación, formación, genocidio

Cuando un alumno del mejor sistema educativo del mundo (el finlandés) se lía a tiros con sus compañeros, pueden surgir varias preguntas:
1.- ¿Cómo se cuantifica la educación? 2.- ¿Por qué se confunde formación con educación? 3.- ¿Es ésta la mejor manera de bajar la ratio de las clases?

21.9.08

Matsushima


Matsushima es una ciudad de la costa del Pacífico a unas horas en tren bala al norte de Tokio. Es famosa por ser un de los tres parajes naturales más hermosos de Japón. Cuando en el siglo XVI el maestro Matsuo Bashoo llegó allí sólo pudo decir "Matsushima, oh", y poco más. Se trata de una bahía con gran cantidad de islas, islitas e islotes con templos y bosques de pino. En una de sus playas encontramos este preocupante aviso.

18.9.08

Aclaración sobre la foto de la cabecera

No la he hecho yo. Es un "préstamo" de la red. Para ser más exactos, ni siquiera vimos el Fuji. En verano hay una humedad grandísima (con esporádicas lluvias) y sólo una tarde desde un rascacielos de Tokyo (Roppongi Hills) atisbamos la punta grisácea del volcán sagrado por encima de un manto gigantesco de nubes. Era casi como un bonsái, hayku o metonimia de la enorme mole que se puede ver en primavera o invierno.
En todos los viajes hay que dejarse algo por ver. Así se tiene una excusa para volver.

17.9.08

Un metachiste

Entran en un bar un inglés, un francés, un español y un alemán y va y dice el camarero:
--Anda, si parece un chiste.

11.9.08

Lo único que no me ha gustado de Japón...

...han sido los miles de cables eléctricos que están al aire en todas las calles y que dan un aspecto de país tercermundista. Me apuesto algo que esa manera de colocarlos es más segura que la nuestra (que los tenemos bajo tierra, junto a las tuberías de agua, o pegados a las paredes de nuestros dormitorios) y que estará relacionada con los incendios y/o terremotos.

9.9.08

La dos plagas de Japón

No, no son los móviles, ni los niños góticos, ni los ejecutivos aburridos de Ginza.
Las dos plagas de Japón son los mosquitos en verano y los españoles. Los primeros son fácilmente combatibles con unas mangas largas y un repelente. Los segundos son peores. Te pueden estropear cualquier templo o cualquier restaurante de sushi con cuatro voces, cuatro comentarios pseudograciosos y cuatro imbecilidades ibéricas. Una vergüenza. Hubo ratos en los que simulé que era francés o americano para que no me dirigieran la palabra.

6.9.08

Comparación odiosa

Esta tarde he estado en un supermercado. Los empleados/-as están en cualquier esquina murmurando de la jefa/-e, de la compañera que está de baja falsa, del escaqueador… A uno le da no sé qué interrumpir tan animada reunión para preguntar dónde están los huevos o el salchichón de pavo. El cajero que me atendía estaba de cháchara con su compañera de la caja de al lado. Discutían sobre el sabor más o menos ácido de un chicle que acababan de pasar de un lado a otro, por encima de mis manzanas y mi pan de molde. Yo parecía no existir. Lo único que me dijo fue el total de la cuenta. Los clientes somos transparentes.
Esta situación en Japón es absolutamente impensable. Al llegar a un supermercado, por pequeño o grande que sea, los empleados dan la bienvenida y están atentos al más mínimo problema que tengas. Cuando vas a pagar muchas veces hay dos en la caja: uno para pasar el escáner y cobrar y otro para ir metiendo los productos en la bolsa. Luego te dan las gracias mirándote a los ojos e inclinando levemente sus trabajadoras espaldas. No importa el barrio, la ciudad, la hora o la cadena de supermercados, en todos te tratan igual de consideradamente.
Aquí se olvida que el cliente no sólo tiene siempre la razón, sino la potestad de irse a otro sitio (si es que existe), donde lo traten al menos como a una persona, no como a un impedimento para las relaciones amistosas entre los empleados/-as.

4.9.08

Libro recomendado

Sputnik, mi amor, de Haruki Murakami.
Leída entre metros, templos zen y sashimi, esta novela me ha atrapado y no me ha decepcionado al final como Kafka en la orilla. Como siempre, historias intensas, muy humanas. Murakami en su salsa.

2.9.08

Postales que nunca llegarán

Cuando se está tanto tiempo en un país, primero se aplaza la compra de postales, luego se olvida porque la implicación con el lugar llega a ser tan grande que acaba uno olvidando que estaba de viaje.
Sirva esto como disculpa para aquellos que esperaban una postal del Fuji con el tren bala (Shinkansen) corriendo entre verdes campos de arroz. A cambio acepten esta foto de los arces que empezaban enrojecer a finales de agosto en Kioto.

1.9.08

Regreso al sol muriente

Una vez ya en la cruda (sushi) realidad, permítanme unas palabras sobre Japón.
Es el país de la amabilidad, de la educación, de la exactitud, de la efectividad y de la afectuosidad. Tomen nota aquellos que piensan que la seriedad conlleva la tristeza, que la puntualidad acaba con la libertad, que la eficiencia no hace migas con la creatividad.
Sobre la famosa superposición de tradición y modernidad, pienso que la primera tiene más peso que la segunda. Móviles, ordenadores, trenes balas, anuncios de neón kilométricos, retretes robotizados, todo eso no es nada ante una taza de té, un jardín zen, una flor, un saludo o una reverencia.
Pero lo más curioso es que este país tremendamente educado, civilizado y tecnificado sigue pensando que occidente es más culto, más grande, más rico y más moderno. Los japoneses son intrínsecamente humildes y esa humildad (de origen posiblemente confuciano o taoísta) los hace más grandes.
En sucesivas entradas desarrollaré estos temas si no me arrolla el tsunami del trabajo.