29.3.11

Dos locos, dos destinos


Uno es un loco inglés, disfrazado de danés. El otro es un loco manchego, como el queso.

Uno es un personaje de un drama, escrito por William Shakespeare. El otro es el protagonista de la novela más importante de la historia, escrita por un soldado herido y recaudador de impuestos.

Hamlet es la duda del hombre que, ante las injusticias de la vida, no sabe si actuar para combatirlas o hacerse el loco y dejar el mundo correr. Alonso Quijano actúa sin pensárselo, aun cuando las situaciones no sean tan flagrantemente injustas como las de la familia Hamlet.

El español lucha contra bellacos inventados, el inglés duda ante injusticias casi seguras (ese Claudio casándose con su cuñada y poniéndose la corona...).

Cuando llegó el Romanticismo, Europa entera envidió la irracionalidad justiciera y apasionada de España. Y España envidió la tranquilidad y la reserva inglesas, que les sirvió para avanzar en la industrialización y la democracia.

"Ser o no ser" dijo Hamlet a la calavera del bufón Yorick. "Yo sé quién soy", dijo don Quijote a un vecino que se lo encontró tirado en el campo.

La duda, la certeza, la razón, la locura, la acción, la precaución...

Y así nos fue a cada uno.

26.3.11

Magnofobia


Nuestro universo digital (como el otro, el no e-universo) se expande: blogs, enlaces, correos, redes sociales, foros, portales, periódicos... A poco que le dediques un minuto a cada uno, ya has ¿perdido? ¿invertido? veinte al día. Quizá lo que más atrape al internauta sea el correo electrónico. Las redes sociales se visitan o se dejan de visitar, los blogs y páginas de interés, lo mismo. Pero los correos te los mandan para que los contestes o entres en los enlaces que te adjuntan y luego los comentes. Por este motivo se ha creado una página llamada five.sentences.com que ofrece un servicio para que no se puedan enviar correos de más de cinco frases u oraciones. No sé cómo funciona, ni cómo lo hace la máquina, pero lo que busca es convertir el correo en una especie de Twitter: o resumes o te callas, que no tenemos tiempo para escuchar tu peroratas. Para eso ya están Balzac, Murakami o los políticos.
Llegan los tiempos de la magnofobia, de huir del rollo, de la letanía, del discurso, de la arenga. Fidel Castro está muy viejito, el abuelo Cebolletas es historia y el personal no tiene tanto tiempo (o no quiere regalarlo al primero que coja el micrófono) para reír tus gracias, confirmar tus opiniones o refutarlas.
Así pues, hago propósito de enmienda y de aquí en adelante puedo prometer y prometo no extenderme mucho en las entradas del blog. También he decidido no enviarlas por correo a unas cuantas (poquísimas) personas que soportaban hasta ahora en la bandeja de entrada las ocurrencias que van poblando este Monte Coronado. Tampoco las colgaré en mi Facebook personal, sino tan solo en la página del blog de esa red social. En Twitter sí seguiré, ya que por su naturaleza torrencial, le importará muy poco a muy poca gente.
Y termino, que se hace tarde y hay muchas flores que oler, muchos tomates que plantar, muchas bicicletas que engrasar...

25.3.11

ÍNDICE

PUBLICACIONES -----           JAPÓN -----    MÚSICA -----        VÍDEOS ----- 

CINE -----            FOTOS -----              ASTRONOMÍA -----            POESÍA -----                   

HISTORIA -----              VERBA VOLANT -----                        REFLEXIONES -----                       

EL TURISTÓGRAFO -----                    MEDIOS DE COMUNICACIÓN ----                                  

ZEN -----                           AUTOPUBLICIDAD FAMILIAR -----                     ESPAÑA ----- 

RELIGIÓN -----                            POLÍTICA -----                       TEATRO -----                            

ARTE -----                        CIENCIA -----                       KIOTO -----                    ANIMALES ----- 

FILOSOFÍA -----                      MITOLOGÍA -----                         VIOLENCIA -----             

MUERTE -----                         DEPORTE -----                                                                             

TALYCUAL. EL GRUPO DE BAJO METABOLISMO -----                  ALMACÉN -----           

Taquillas refrigeradas...

...en un centro comercial de Kioto.
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Libro recomendado


La presa, Kenzaburo Oé
Sorprendente, contundente, breve, impactante, sereno y brutal relato del premio Nobel. Desde el punto de vista de un niño, Oé reflexiona sin reflexionar, muestra sin enfatizar, demuestra sin argumentar el horror de la guerra, la bondad y la maldad del ser humano, la fuerza de la naturaleza y la inoperatividad de la burocracia. ¿Quién puede meter más en tan pocas páginas?

23.3.11

Varias metonimias/ejemplos del último viaje a Japón


1.- Entramos a comer en un pequeño y barato restaurante de soba y udon, que son distintos tipos de fideos o pasta. Había una máquina de tiques para pedir la comida, pero, sabedores de que no entendíamos los textos que acompañaban a los platos, en la carta se explicaba en inglés detalladamente el procedimiento e, incluso, se ofrecía a los extranjeros pedir la comida señalando universalmente con el dedo. Lo más curioso, sin embargo, era que esa explicación iba encabezada por una disculpa que nadie les había pedido: "Nuestro personal no habla bien inglés".






2.- En la puerta de una casa del barrio se podían ver dos bonsáis de considerable tamaño, cuyo precio no alcanzo a imaginar. Allí estaban, en medio de la calle sin ningún tipo de protección ni vigilancia. Y no estaban en un pueblecito perdido de las montañas, sino en Kioto, una urbe más de un millón de habitantes.


3.- Estaba yo en la puerta de un centro comercial tomando un tentempié consistente en cacahuetes mezclados con pescaditos secos en salsa de no sé qué (una delicia). De pronto, el guardia de seguridad, un hombre de avanzada edad pero diligencia juvenil, se dirige hacia el aparcamiento de bicicletas para colocar absoluta y totalmente alineada una bici que acababa de dejar un ama de casa que transportaba a dos niños de pocos años (uno delante y otro detrás). Una vez alineada la bici, volvió hacia su puesto, pero antes se detuvo repentinamente y se agachó. Por un momento pensé que se me había caído al suelo (¡horror!) algo de lo que estaba comiendo, pero no. Se trataba de una simple hoja de planta, una minúscula hoja verde que en otros lugares del mundo se podría considerar adorno en lugar de basura.


4.- Volví a comprobar la distancia de seguridad que se deja entre la línea de detención de los automóviles y el paso de los peatones (y bicicletas).


20.3.11

El éxtasis de las paradojas


Las paradojas están elevándose a la enésima potencia y amenazan con estallar y provocarnos una irreversible pérdida de masa encefálica.
Hace años Gadafi era un perverso terrorista que hacía explotar aviones sobre nuestras civilizadas cabezas. Luego fue una especie de socialista loco que paraba los pies a los malvadísimos integristas islámicos. Acampaba con sus jaimas en nuestros palacetes y todo era algo exóticamente soportable. Luego vino la e-revolución de Túnez y Egipto y volvió a ser un tirano execrable. Pero nadie hizo nada (serio). Y cuando el sátrapa del petróleo iba a acabar con el 68 árabe, llamamos a la caballería y allá que vamos a bombardear quirúrgicamente. Entonces surgen los "escudos humanos", que viene a querer decir "gente que no quiere que le tiren bombas desde aviones o barcos lejanos".
Y las izquierdas dicen que no, que no podemos ir por ahí derribando dictaduras a posteriori. Y casi parece que la apoyan, como Ortega y Chávez.
Y los chinos dicen que tampoco, que solo ellos pueden entrar con tanques en las plazas.
Y las derechas dicen que se acabó, que no podemos permitir que ese señor cuya mano estrechaban hace unos días machaque a su pueblo. Otros sí, pero este y ahora no.
Y se permite entrar en Bahréin a las tropas saudíes para sofocar una revuelta como la de Libia.
Y el centroderecha alemán se hace ecologista de la noche a la mañana, electoralmente hablando.
Y Japón llora, pero no lo vemos (lástima para los difundidores de morbo). Y la gente huye en desbandada de Tokio, pero es mentira, es una foto de trabajadores entrando en el metro.
Y la energía nuclear es mala, pero "más malo es robar" petróleo a cañonazos, o pagarlo.
Y Zapatero se niega a bombardear Bagdad, pero no Trípoli.
Y así las cosas, quizá ha llegado el momento de empezar a asumir que la paradoja es la única ley vigente en el universo humano y acostumbrarnos a vivir con ella, con paciencia, aceptándola, comprendiéndola, acariciándola por las noches, amándola si hace falta.

19.3.11

Boleros imperfectos


Hace muchos años todos éramos muy delgados, muy graciosos, muy hirsutos y muy imbéciles. A día de hoy casi todos nos hemos despojados de estos cuatro atributos (unos del primero, otros del segundo y casi todos de todos). En otras palabras, antes éramos unos perfectos adolescentes y ahora somos unos imperfectos señores camino de la mitad de nuestra vida (laboral), que dijo el Dante.
Anoche, tras un largo rosario de aplazamientos de índole diversa, pude asistir a un concierto de "Boleros Imperfectos". Se trata de un trío músico-humorístico, que debe gran parte de su genio e ingenio a Eduardo Retamero, conocido en este blog como "El comentador de Ocaña" (1), quien ha conseguido no desprenderse de la hirsutez, ni de la delgadez, ni de la gracia, pero sí de la imbecilidad, consistente, como todos ustedes saben, en no hacer lo que uno quiere, en dejarse consumir por la frustración y el reconcomio.
"Boleros imperfectos" ofrece gratis (repito, gratis) una altísima calidad literaria y musical, a base de contar/cantar historias divertidísimas sobre el consumismo en la vida marital, el matrimonio del clero, la sodomía batracia medieval, la duración del orgasmo del urogallo o un inculto concejal de cultura que quería ser de urbanismo, que no es lo mismo.
Quienes lo conocen repiten (no se cabía en el Irish Swan de La Cala del Moral). Quienes no, salen con una sonrisa y cara de sorpresa. Unos de éstos me comentó al salir: "¿Y pagaremos dinero por ver a gente que no vale ni la mitad?"
Así pues, ya lo saben, quienes pasen por Málaga y sus alrededores, estén al tanto por si este profesional, pero esporádico trío tiene prevista una actuación y no se la pierdan.

(1) Como saben los diez o doce fans del guadianesco grupo Talycual, Edu era uno de sus creadores, junto a J.M. y un servidor. Siempre digo que él era "Tal", yo era "cual" y J.M. era "y", dado sus escasas dotes instrumentales (en aquellos entonces, ahora es un consumado guitarrista con un tema publicado en Souvenires).

16.3.11

Que cunda el zen


Muchos saben que Fina, mi mujer, está ahora mismo en Japón. Ha ido a trabajar hace unas semanas y para eso se va a quedar allí. Pensar en dejar el país ahora mismo supondría un acto de insolidaridad, impropio de su manera de ser y del amor y agradecimiento que siente por esa tierra. Y yo la apoyo.
Cuando salí hace unos días del aeropuerto de Kansai no tenía una idea exacta de la magnitud de la tragedia ni tenía información sobre el posterior problema de Fukushima. No me quedé porque quise hacer como los japoneses y acudir al lugar donde están mis obligaciones, que por suerte para mí, está tan lejos de radiaciones y tsunamis.
En diversos correos y conversaciones ella me está pidiendo que explique que los medios están magnificándolo todo y que las televisiones japonesas resultan menos estresantes que las occidentales. En Kioto, Osaka, Tokio, Hiroshima, Yokohama y otras muchas ciudades la vida sigue con pocas alteraciones. Hoy, por ejemplo, ha ido a comprar arroz y no había.
Es sumamente importante para ellos no perder la calma. Dejarse llevar por compras compulsivas, histerias colectivas, gritos y alaridos no va a solucionar ni la reconstrucción y recuperación de cuerpos, ni el control de las fugas radiactivas.
No quiero saber qué tajada está sacando quién en este asunto. Por lo pronto ayer vi un anuncio de una compañía telefónica española proponiendo sms para ayudar a las víctimas. ¿Se quedarán con algún porcentaje de lo que cobran? Pero qué solidarios son con los lejanos y qué herméticos (manténgase a la espera, pulse 1, todos nuestros operadores están ocupados) con los clientes.

Está nevando en Kioto.

La nieve blanca
cubre la blanca arena
de Rioanji.

Vaya, me ha salido un haiku.

NOTA: No, yo no estoy allí y mucho menos en mangas cortas. La foto es de agosto de 2008.

14.3.11

Tres reflexiones sobre lo ocurrido en Japón


1.- Una vez más este pueblo está demostrando su capacidad de sacrificio y civismo ante todo el mundo. Hay gente que ha jugado a comparar la actitud japonesa ante el desastre con una eventual catástrofe en España. Esta similitud no me parece interesante. Ya me imagino las diferencias sin hacer un gran esfuerzo. La situación que sí es cuantificable es la del huracán Katrina, ocurrida en otra gran potencia, motor de la cultura y el progreso humanos. El caos, el desamparo y la violencia que vivieron los habitantes de Nueva Orleans no se ha visto, ni se va a ver en Japón. Aquel estadio repleto de personas dejadas de la mano de Dios, en el que cada noche se oían disparos es inconcebible en el país del zen y la ceremonia del té.

2.- La crisis nuclear que ha acarreado la central de Fukushima ha destapado de pronto y de nuevo la polémica sobre esta energía. Simplemente porque todos se han hecho la misma reflexión: "Si los japoneses no pueden controlar el asunto, ¿cómo vamos a controlarlo los demás?".

3.- Antes de que saliera mi avión el viernes, me impresionó ver en televisión esta imagen de la gente esperando paciente y ordenadamente para llamar por teléfono en unas cabinas de las estación de Shinjuku.


La mujer del César y viceversa


El primer ministro de Japón está apareciendo en público vestido con un mono azul y un boli en el bolsillo. Nadie duda de la cantidad de horas que estará trabajando este hombre, pero el atuendo coyuntural parece un intento (prescindible) de aparentar que trabaja, en la línea del viejo adagio de la mujer del César.
En España hacemos lo contrario: casi nunca trabajamos y siempre aparentamos estar haciéndolo.

13.3.11

Oh, Matsushima

Como devoto seguidor de Matsuo Basho, visité Matsushima hace dos años. Se dice que el poeta se quedó sin palabras y sólo pudo escribir:

Oh, Matsushima
Ah, Matsushima
Oh, Matsushima

Hasta ahora (no sé cuál es todavía la situación) la bahía con sus miles de islas estaba considerada uno de los tres más bellos paisajes naturales de Japón.
Aquí están los enlaces a entradas relacionadas con Matsushima.

http://montecoronado.blogspot.com/2010/02/dos-videos-de-japon.html




Souvenires simbólicos


En el avión de vuelta cogí de un estante y me puse a leer The Times, no por querer parecer infructuosamente un gentleman, sino porque era el único cuyo tamaño se presta a ser manipulado en la butaquita de turista del Airbus. Junto al reportaje sobre el desastre de Japón había una pequeña reflexión de Ben Macintyre sobre el famoso cuadro de Katsushika Hokusai "La gran ola de Kanagawa" (神奈川沖浪裏 Kanagawa oki nami ura). Si bien esa ola (nami) no es de puerto (tsu), sí refleja la impotencia del hombre frente a la fuerza del mar. Incluso el sagrado Monte Fuji aparece bajo las garras de espuma, como un tímido triángulo que va a ser despedazado de un momento a otro. Para remarcar la relación entre la ola y el volcán, de la cresta caen unos trozos de espuma que no se sabe si son tales o copos de nieve. Y los hombres de la barca ya casi son parte del mar, están a su merced, invisibles en una primera mirada.
Cuando me fui a meter en la cama la primera noche después del viaje, me encontré bajo la almohada una camiseta preparada. Casi la tiro limpia al cesto de la ropa, pero al final dormí con ella. En el pecho estaba impresa "La gran ola de Kanagawa". Souvenires simbólicos.
NOTA: (Escrito dos días después del terremoto y tsunami ocurrido en Japón el 11 de marzo de 2011, justo el día que volaba de vuelta a España).

MONTE CORONADO 2.0

OTRAS ENTRADAS SOBRE JAPÓN: AQUÍ.
ENTRADAS SOBRE ZEN: AQUÍ
ÍNDICE DEL BLOG: AQUÍ.

12.3.11

Japón, Japón...

¿Qué puedo decir?

Ni yo ni mi mujer nos enteramos de nada. Yo estaba en un centro comercial de Kioto haciendo las últimas compras y ella estaba en el apartamento. De pronto empiezan a llegar sms y correos desde España, ponemos la tele y nos quedamos pasmados. Yo tenía que coger el Haruka (tren especial desde Kioto al aeropuerto de Kansai) a eso de las siete. Lo adelantamos todo. En las calles de la vieja ciudad imperial se respiraba una total tranquilidad, a pesar de que nuestra amiga Toshie lo había notado muy claramente en Takatsuki, donde habíamos estado cenando la noche antes.

La tranquilidad, el orden y el callado dolor con el que el pueblo japonés está llevando todo este desastre no hacen más que evidenciar lo que tantas veces he contado en este blog.

Desde aquí doy las gracias a tantos amigos que se han preocupado (y siguen preocupándose por Fina) por nuestro estado y mando un abrazo a todos los amigos japoneses, en especial a Keisuke Nihashi, de cuya mano conocimos hace dos años ese maravilloso país, y cuya familia vive en Shizuoka, donde ha golpeado el tsunami.

11.3.11

Don Kioto del catéter

Aquí, en la antigua ciudad imperial de Kioto, puesto ya el pie en el estribo, que diría Cervantes, del Boeing 777 que me llevará a Dubai, tierra de dátiles, desmesuras y tormentas de arena, y luego a Madrid, capital del reino de las Españas, les saluda, éste que lo es, su bloguero en pause.
Pronto les haré llegar impresiones de este viaje relampagueante.

1.3.11

Disculpen las molestias

Por razones de índole geosomáticas, la fluidez publicadora de este blog ha sido drásticamente mermada. Espero que en breves jornadas las aguas vuelvan a su cauce y las piedras al suyo.
Fdo. Stoneman
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