31.8.13

Queridas colillas

Casi empezaba ya a echarlas de menos.  Esas colillas amigas, que invaden todo nuestro solar hispano son un símbolo de otras miles de dejadeces en las que incurrimos.  Creemos que es normal lo que hacemos por norma, por costumbre, pero, créanme (y muchos de ustedes lo saben por experiencia), nada de lo que pasa por aquí es "normal" desde parámetros distintos a los nuestros.

Ayer tarde venía en el Disney-plane, que es en el que vuelvo siempre de París, y había como diez o doce niños gritando y saltando cons-tan-te-men-te.  Y no, no es natural que los niños parezcan epilépticos malcriados.  En muchos países los niños se ríen, juegan, se pegan entre ellos, hacen cosas de niños "internacionales", pero los nuestros... quiero decir, nosotros mismos cuando éramos pequeños, vamos dando la nota por todos los pasillos y ventanas de todos los aeropuertos y aviones del mundo.  Más o menos los mismo que hacen los mayores, pero con más decibelios.

Ya, ya sé que somos geniales, que "como aquí no se vive en ningún lado" (eso, seguro), que descubrimos América, la siesta, la fregona, el fubolín y las carreras urbanas tauromáquicas, que hemos ganado una copa y no sé cuántas carreras y partidos de tenis.  Por eso vuelvo, por ese currículum tan espléndido que ostentamos.  Bueno, por eso y por los molletes de Antequera, que no solo de educación vive el hombre.

Un manga que me he traído y unos molletes que tenía congelados.

28.8.13

Multiculturalidad al cuadrado

Una foto a tamaño natura de Ahmed
en la puerta de la tienda
informando de que habla
inglés, árabe y japonés.
Esta tarde hemos tenido una experiencia multicultural extrema.  Hemos ido a una compañía de telefonía a hacer una consulta en Osaka, en la zona de Dotombori.  Por suerte había un muchacho que hablaba inglés mucho mejor que bien, así que todo ha ido como la seda.  Al final de la consulta el joven se ofreció para cualquier otra duda que tuviéramos y que su compañero, que estaba mirándonos a su lado, también hablaba inglés.  Pero hete aquí que el tal compañero tenía una pinta y una tarjetita identificatoria que rezaba "Ahmed".  Al oír que éramos españoles se acercó y nos habló un poco en español.  Le preguntamos de dónde era y dijo que egipcio.  Y entonces ya comenzó el lío poliglótico porque un servidor, le preguntó en árabe si lo hablaba.  Cuando Ahmed oyó hablar en árabe cambió radicalmente su actitud "japonesa" y empezó a dar voces y carcajadas, a la manera de un vendedor de teteras de El-Jalili.  Ya puestos, seguimos hablando en árabe y nos contó que llevaba trece años en Japón y que su mujer estaba en Egipto.  Comentamos un poco la situación de su país y ya nos despedimos.  Le faltó poco para plantarme dos besos a la manera árabe.  Me agarró de la manos y me dijo "Assalam alaikum".
Ha sido un encuentro entrañable de mediterráneos a orillas del Pacífico, sobre todo teniendo en cuenta la que está cayendo y la que está a punto de caer.

27.8.13

Fugaz

Ayer por la tarde esperaba en la calle a nuestra corresponsal, cuando de pronto empezó a pulular a mi alrededor una chica despistada que, o también esperaba a alguien o se había perdido entre los rascacielos de Osaka. La cosa es que parecía estar desfilando sobre una pasarela casual y urbana. He respetado su anonimato a base de difuminaciones faciales.









24.8.13

La cerveza es lo último que se pierde

Ayer volvimos de un miniviaje a Ise-Shima, cerca del Parque España que otras veces he reseñado.
En la bahía de Ago, famosa por algo que contaré otro día, hay un crucero llamado "Espana".  Se trata de una réplica poco verosímil de un barco antiguo español y que han bautizado como "Esperanza".  Te dan un paseo por la ría y he aquí otro dato hispánico curioso, porque en aquellos sitios al sur de Ise a las rías se las llama "rías" en español.  No sé qué extraños vericuetos se han dado en esa parte de Japón para que todo tenga un aire español.  Además del parque y de la "ría", hay una urbanización de lujo que parece estar en las afueras de Marbella (creo recordar que se llama "Pueblo Amigo".  Incluso creímos oír a una señora decir en japonés: "Asatte, lluvia" (pasado mañana, lluvia), pero eso ya pudo ser deformación acústica nacionalista o profesional.
El barco en cuestión, como digo, te da una vuelta de cincuenta minutos por la bahía y en cierto momento del recorrido atraca en un lugar en el que venden perlas y hacen una demostración de cómo se cultivan.   He aquí la que tenían en proceso.


Lo interesante del asunto es que poco antes de esta parada habíamos comprado dos cervezas en el bar del barco (valga la aliteración) y al bajar, las dejamos sobre la mesa.  Ya he hablado muchas veces sobre la calidad de los servicios en Japón, pero es que parece que están empeñados en sorprendernos cada día un poco más.  Cuando volvimos las cervezas estaban así.


Es decir, cubiertas con un plástico para que no perdieran fuerza.  Que cada uno haga sus comparaciones y que saque sus conclusiones.  Yo las mías ya las tengo muy claras.

Aquí van algunas fotos del "Espana Cruise" por al bahía de Ago.














Ni que decir tiene que, como único español masculino a bordo, me faltó tiempo para irme hacia el falso timón y hacerme cargo del mismo, con la consecuente hilaridad de los japoneses allí presentes y de nuestra corresponsal. 

Boda en Kobe

En primavera vi por casualidad un bautizo en el santuario sintoísta de Ikuta, cerca de la estación de Sannomiya, en Kobe.
Pues hace poco me topé con una boda en el mismo sitio, que, por cierto, está a pocos metros de donde escribo esta entrada.
En Japón conviven el sintoísmo y el budismo, la religiosidad y la falta de ella.  Los ritos "positivos" como el bautizo y la boda se realizan por el rito sintoísta, mientras que la muerte corre a cargo de los rapados monjes budistas, sea cual sea la secta a la que cada familia está adscrita.
No quiero darles la tabarra con lo mucho que he leído sobre las religiones en Japón.  Solo les diré que es, como otros tantos, un tema que sorprende a los exclusivistas cristianos y musulmanes.
Y del zen no les cuento, que lo mismo ni es una religión, ni es budista, ni, con un poco de suerte, siquiera existe.
Si a fecha de hoy me preguntan cuál es la religión predominante en Japón, les diría que el respeto.  Se practica en todo tiempo y lugar.  Sus templos son la calle, el metro, el vecindario...  Su libro sagrado es, como la constitución inglesa, algo intangible y consuetudinario.  Carece de imágenes,  doctrinas, procesiones, mártires o teólogos.  Su cielo es el presente.



Los trajes de novia se suelen alquilar a uno precios astronómicos y comprarlos ya ni lo piensan.





Tres foto-haikus ferroviarias en Osaka

Tres momentos de esta misma mañana.

Estación Osaka-Umeda.  Es un gran laberinto rodeado
de rascacielos y centros comerciales a su vez laberínticos.


Dos muchachas camino de alguna fiesta con sus kimonos
y sus paipáis probablemente publicitarios enganchados a la parte de atrás del obi.

En algunas líneas, como esta circular de Osaka (loop-line), y a algunas horas hay un vagón de uso exclusivamente femenino.
Parece que existen unos tipos llamados chikan, que van por ahí tocando culos en hora punta.

20.8.13

Consecuencias inesperadas

Leo por ahí que internet prácticamente le debe su existencia al porno.  La potencia comercial de la industria del sexo propició el crecimiento de la red y a principio de los noventa era una especie de tópico decir que todo en internet era por y para el porno.  Incluso había un musical que puso música a ese estribillo.  Lo mismo parece ser que ocurrió en su momento con el cine y con la televisión por cable.

Leo más tarde también que el esfuerzo conjunto de miles de investigadores está desenredando los mecanismos bioquímicos de la mutaciones cancerígenas.  No lo dice la noticia, pero está claro que sin la agilidad e inmediatez de internet semejante colaboración no habría sido posible a esta escala.
No digo más.

17.8.13

La cuna del haiku

Primero, allá por 2008, visitamos su tumba en Otsu.  Luego seguimos el rastro del Oku no hosomichi y estuvimos en Matsushima, en la casa de los Pérsimos caídos de Kioto y en Tokio.  Ahora, como remate, llegamos a la casa natal.  Remontada asalmonada de la tumba a la cuna de Matsuo Basho.

Ueno es una ciudad que está relativamente cerca de Osaka y no podíamos desaprovechar la ocasión para ir.  Lo que pasa es que, una vez que llegas allí..., bueno, en la próxima entrada lo contaré porque no deja de tener gracia.

Basho vivió Ueno hasta los veintitantos años, cuando murió su amigo y protector Todo Yoshitada, que tenía solo dos más que él.  A partir de entonces deambuló por todo Japón, aunque su base la estableció en una pequeña choza junto al río en Tokio, llamada entonces Edo.

En Ueno se conserva la casa natal y una de las pequeñas fincas en las que estuvo retirado escribiendo alguna vez que volvió por aquí.  Hay también un museo y una edificación en su memoria, alrededor de la cual en octubre se celebra un gran festival de haikus en su honor.

En todos los lugares relaciones con Basho hay unas hojas preparadas para escribir un haiku y dejarlo como recuerdo.  En una de ellas escribí:

     Grandes estatuas
     para el poeta que amaba
     lo pequeño.

Matsuo Basho está considerado el mayor poeta de Japón, el que dio su dignidad literaria al haiku y uno de los escritores más importantes de toda la literatura japonesa.

Y aquí va el reportaje fotográfico de los lugares "bashianos" de Ueno.

Plegando un haiku que escribí en la casa natal de Matsuo Basho. 
En el jardín, junto al platanero.
Interior de la casa natal de Matsuo Basho.
Pequeño bosque de bambú en la puerta del museo de Basho.

Este edificio, llamado Haiseiden, contiene una estatua del poeta.
El tejado simboliza el sombrero que usó en sus viajes. 

Minomushi-An, cabaña de Basho.
Casa natal.

La mujer encargada de la casa natal muestra el platanero, (que en japonés se dice Basho)
 y que dio nombre artístico al poeta, porque había uno plantado junto a su choza en Tokio.
Otra vista del Minomushi-An.

15.8.13

Shonen H

Volvimos al cine zen de Nijo hace unos días a ver una película que prometía en el tráiler.  Shonen H está basada en una novela autobiográfica del mismo título.  A diferencia de Emperor, en esta se da una visión de la guerra desde el punto de vista japonés.   No defraudan ni el tratamiento antibelicista, ni la autocrítica, ni la dirección, ni la ambientación, ni, por supuesto, los actores, entre los que destaca la figura del padre, interpretado por Yutaka Mizutani, que con su contención interpretativa borda el papel.
Una buena película de sentimientos y ambientación histórica (en Kobe, concretamente, donde voy sábado sí sábado también), en la que se vuelve a varios temas cruciales en la historia de Japón: ¿cómo el ultranacionalismo militarista pudo llevar a la represión de personas cuyo único delito era tratar con extranjeros o ser cristianos?, ¿cómo cambiaron de parecer tan rápidamente los que antes de la guerra odiaban a los americanos?
En esta ocasión la película ha ido entera en japonés, sin subtítulos ni nada de nada, a palo seco.   Como digo, muy bueno han tenido que ser el director y los actores como para que yo me enterara de la trama.  Aunque he de reconocer que nuestra corresponsal en Japón me sopló algunos diálogos de los que no entendía absolutamente nada.

13.8.13

Mono de Gibraltar

Cada equis tiempo España tiene mono de Gibraltar.  Es como una morriña virtual, en diferido, el deseo de tener algo que casi no recordamos haber tenido.
Yo viví un tiempo cerca de Gibraltar, en la ciudad en la que residen las cosas y los genes de los que fueron despeñados en el siglo XVIII. Cada mañana veía su silueta inconfundible desde la misma ventana de mi dormitorio.  Desde allí, contaba yo a las visitas, se podían ver dos continentes, un mar, un océano, tres países y dos comunidades autónomas.  Pocos lugares en la historia han estado cargados de tanto simbolismo geográfico e histórico.  No es casualidad que Hércules y sus columnas anden en los escudos de Cádiz, Andalucía y España.
Yo no solía ir mucho de visita y menos en coche.  De hecho creo que solo entré una vez motorizado y no más Santo Tomás.  Entre lo poco que hay que recorrer en el interior y la famosa cola pegada a la pista del aeropuerto, pues no convenía.  Era más rentable pasar las bolsas con los quesos y el tabaco a mano.
Mucha gente habla mal de Gibraltar y sus habitantes, sobre todo en su campo gaditano.  Yo noté algo literario en la existencia de esa colonia trasnochada y cainita.  Por eso me puse a escribir una novela que nunca pasó de la página 3.  No sé si algún día la retomaré o pasará a formar parte de mis muchos proyectos inacabados.
A propósito, cabe la posibilidad de que en noviembre se presente A propósito, un nuevo libro de poemas que este servidor de ustedes tiene a bien publicar.  Ya se avanzarán más noticias, pero solo les digo que los músicos que me suelen acompañar en tales eventos ya están avisados, las guitarras y buzuks afinados y los saxos relucientes.

10.8.13

Ajedrez japonés

El shogi o ajedrez japonés se juega... bueno, no tengo ni idea de cómo se juega.  Así que pueden leer este artículo de la socorrida Wikipedia.  El asunto es que hace unos días, paseando por Osaka bajo cien mil chicharras, unos cuarenta grados de temperatura y dentro de un 90% de humedad, me encontré a unos ancianos jugando al susodicho ajedrez.  Aquí están las fotos que les hice.





Osaka y Málaga

Té japonés y pasas moscatel.

Comer barato en Japón

Mucha gente me pregunta sobre este asunto.  Japón no es un país barato en líneas generales y, como en cualquier lugar medianamente "civilizado", te pueden clavar por cualquier cosa.  Hay productos más caros que otros.  Aquí destacan sobre todo la vivienda y la fruta.  Por lo demás, y dependiendo del cambio del euro, se puede sobrevivir.  Cuando nos alejamos de nuestros hábitos cotidianos, consideramos que todo es muy caro.  Lo que pasa es que en nuestro entorno tenemos controlados los lugares, los precios y los ritmos de compra, lo que abarata la compra.
Pero para no divagar más sobre economía doméstica, les cuento que hace unos días comí lo siguiente en el siguiente lugar y siguiendo el siguiente procedimiento.

Este es el establecimiento en cuestión.  Se come de pie, tras esa cortinilla.
Este está en la estación Tennoji (Osaka) de la compañía Hankyu.  En la cortinilla se puede leer "udón" y "soba".
Son dos tipos de fideos.  El udón es mucho más grueso.

En esta máquina se compra el tique para la comida deseada.

Este es el menú.  Yo escogí el número 44, que cuesta 400 yenes,
lo que significa hoy día uno 3 euros y pico (pico variable según cambio).

Y esta es la comida.  Un gran bol de fideos soba con otro más pequeño
de arroz condimentado un poco picante.  Almuerzo resuelto.


9.8.13

La dieta del sumo

Los luchadores se alimentan básicamente de chanko nabe, una especie de potaje en el que se mezclan muchos productos, según la temporada.  Esta tarde paseando por Osaka hemos visto este restaurante, pero no hemos entrado para no poner en peligro nuestras estilizadas figuras.


Por favor, paguen en la mesa

En un restaurante bar de jazz, copas y demás de Osaka.  La gente hace esculturas con los tapones del vino.  Aquí va decorado con un Doraemon discutible pero simpático.