30.6.12

Interés y educación

Como el cerebro se ha convertido últimamente en mi órgano preferido (no en el segundo, como decía Woody Allen en El dormilón), pues ando ahí leyendo cosas ad hoc y ayer me encontré con unos datos interesantes.
Al parecer hace años el famoso pedagogo Jean Piaget realizó un estudio para saber si los niños de hasta cuatro o cinco años eran capaces de razonar mínimamente con números, lo que él llamaba "conservar" el número. Les colocó dibujos de dos líneas de dibujos, una de copas y otras de botellas de igual longitud e igual número de objetos. Los niños decían que había tantas copas como botellas, pero al alargar la línea de las copas simplemente separándolas más, pues ya afirmaban los pobres que había más copas que botellas. O sea, que los niños entienden el tamaño, pero no el número. Hasta aquí todo parece normal. Sin embargo, años más tarde dos investigadores de Boston repitieron el mismo experimento, pero cambiando copas y vasos por caramelos M&M, y entonces descubrieron que los niños sí detectaban dónde había más caramelos. Posteriores estudios de la universidad de Yale llegaron a demostrar que incluso los niños de meses son capaces de retener el concepto de número. A esta conclusión llegaron escondiendo peluches y cronometrando la atención de los bebés que variaba según el número de muñecos que se ocultaban a su vista.
Así pues, parece demostrado que los esfuerzos mentales abstractos (o no) son directamente proporcionales al interés que el individuo tenga por realizarlos o, si se quiere, a la posible "ganancia" que le proporcionará calentarse el magín contando, pensando, comentando o traduciendo.
Si a nuestros alumnos les seguimos planteando problemas de trenes que salen de Calatayud a las 15:30 (ni siquiera sé si Calatayud tiene estación, pregunten a alguna mujer famosa de allí), en lugar de, pongamos por caso, de superhéroes que parten de un edificio A hacia un edificio B, pues pasará como con las botellas de Piaget, que seguramente le importaban un pimiento a los niños del experimento (ripio).
Si llego a clase y proclamo que Cervantes es un genio de la literatura, el mejor escritor español de todos los tiempos, bla, bla, bla, etc., la narcolepsia invadirá el aula como una niebla mañanera. Pero si les cuento que apareció un muerto en la puerta de su casa, que estuvo en la guerra, que lo atraparon unos piratas y que su padre era barbero (y dentista/practicante) y que por eso don Quijote llevaba una palangana o bacía en la cabeza, pues ya empezaré a ver cómo se abren ojos y a conseguir lo único que en realidad deberíamos perseguir en la educación, interesar al alumnado.  
Luego ellos y ellas ya se lanzarán a las googlepedias a averiguar si es verdad lo que les cuento o es que el profesor de literatura es un mentiroso más, como los telediarios, los políticos, los padres que al final eran los reyes o los juguetes, que siempre son mucho más pequeños que lo que aparecen en los anuncios.



29.6.12

Ambivalencia del dolor

A lo largo de los siglos no han faltado filósofos, pensadores, autoayudadores, profetas y psicólogos que nos hayan aconsejando sobre la actitud que debemos mantener ante la adversidad. Casi todos coinciden en algo que ya comentamos con la metáfora del bambú en la última y lejana entrada y que vendría resumirse con aquel viejo refrán castellano: "Al mal tiempo, buena cara".
Los pétreos estoicos, los relativistas budistas, los resignados cristianos, los sombríos autores del Eclesiastés, todos vienen a decir que es imprescindible saber superar el sufrimiento, que, por otra parte, es inherente a la existencia humana.
Así lo he intentado en estas dos semanas y así lo seguiré intentando en lo que me quede por sufrir.  Job, Buda, Bodidarma, el Nazareno y Nicholas Nassim Taleb han nutrido constantemente mis pensamientos y sentimientos ayudándome a sobrellevar el azar, el desconcierto y el dolor.
No quiero decir con esto que a partir de ahora vaya a comenzar a ver la vida como algo esencialmente amargo y desesperanzador. Al contrario, la actitud colaboradora, servicial, solidaria y profesional de muchos, empezando por la propia persona que era la causa y la razón, que diría Garcilaso por que llorábamos, me ha llevado a conocer la otra cara del dolor.
La sanidad pública andaluza me ha demostrado su alto nivel de profesionalidad. Los vecinos de  habitación, una humanidad y amabilidad impresionantes. Muchos colegas se han preocupado por mi estado y han hecho mi trabajo con eficiencia desinteresada. Personas más cercanas han recorrido literalmente medio país y medio mundo para mostrar su apoyo y cariño.  La fragilidad del cuerpo humano, que puede ser derribado por una ínfima mota de polvo, me ha recordado lo que yo y todos ustedes sabemos, pero ignoramos en el torbellino de los días y las horas, que cada instante que se vive es precioso en sí mismo.
Y la vida sigue, rumbo a nunca sabemos dónde, trufada de sobresaltos, de pesadumbres y de alegrías.
Nada mejor que un mal trago para aprender a saborear los deliciosos, pues, como dijo Ralph Waldo Emerson, "cuando el cielo está demasiado oscuro, entonces se pueden ver las estrellas".

19.6.12

La estrategia del bambú

Cuando soplan malos vientos lo mejor es adaptarse, esquivar, doblegarse sin partirse, perder para ganar.  Así lo hacen el bambú, el junco y el césped. Tal es también la estrategia de los rascacielos de Tokio que se cimbrearon el 11 de marzo de 2011 con 8,8 grados Richter, mientras que las pétreas estructuras ancladísimas al suelo de Lorca se derrumbaban con apenas 4,5.
Bambú en Arashiyama (Kioto)
El caso más espectacular de adaptabilidad (y que más no afecta) es el del cerebro humano. Estamos empezando a conocer su plasticidad y parece que no tiene límites. Funciones deterioradas por traumatismos severos en ciertas zonas son asumidas por otras para que la vida continúe.  Las neuronas se crean, se destruyen, pero también se transforman. Lo mismo valen para un roto que para un descosido.
Esto puede entenderse como metáfora para otros aspectos de la vida cotidiana, laboral, social..., pero no me extiendo más, porque lo que quiero ahora es agradecer sinceramente a tantas y tantas personas que nos han apoyado con llamadas, correos, mensajes, visitas e, incluso, silencios en estos días en los que mi madre ha dado (y está dando) una lección de adaptabilidad y resistencia que nos va a servir de ejemplo a muchos para el resto de nuestras vidas.

17.6.12

13.6.12

Verba volant

Esta tarde circulaba ciudadanamente con mi coche y vi que por la acera iba una mujer de mediana edad que caminaba sola arrastrando con aire de cansancio un carrito de la compra, mientras oía (supongo que) música con unos grandes auriculares. Hasta ahí no deja de ser una situación más o menos normal.
Lo malo es que a unos veinte metros detrás iba un niño de unos seis o siete años gritándole desesperadamente: "¡Mamá!, ¡mamá!".  La mujer, dada la distancia y la interferencia musical no oía (o no quería oír) nada.
Los tripulantes y conductores de los coches que íbamos lentamente por esa calle casi solitaria no dábamos crédito a lo que veíamos y observé que algunos se volvían para ratificar lo que creían haber visto.
Me entran ganas de considerar esta escena una metáfora o metonimia de la incomunicación que caracateriza esta sociedad de la comunicación, pero prefiero creer (por puro egoísmo, para dormir mejor esta noche) que es una hipérbole y que no todo el mundo anda por el mundo con cascos u orejeras para no oír lo que no quiere.

10.6.12

Anatomía de 24 horas

Rescate no metafórico
Vaya el DRAE por delante:
Rescate: acción y efecto de rescatar.
Rescatar
1. tr. Recobrar por precio o por fuerza lo que el enemigo ha cogido, y, por ext., cualquier cosa que pasó a mano ajena.
2. tr. Cambiar o trocar oro u otros objetos preciosos por mercancías ordinarias.
3. tr. Liberar de un peligro, daño, trabajo, molestia, opresión, etc. U. t. c. prnl.
4. tr. Recobrar el tiempo o la ocasión perdidos.
5. tr. Recuperar para su uso algún objeto que se tenía olvidado, estropeado o perdido.
(Me gusta especialmente la acepción 4).

Han sido una noche y una mañana muy entretenidas desde el punto de vista icónico, semántico, literario y gramatical.  Me he molestado en tomar algunas notas:

1.- Rajoy aparece en la Moncloa con la bandera de Europa más cerca de él que la española. Es de bien nacidos...
2.- Rajoy suelta el siguiente perogrullo: "Sin empleo la gente no puede trabajar".
3.- RTVE subtitula agramaticalmente: ""Ayer ganó el euro y las familias...".  Por Dios, esa concordancia del sujeto con el verbo (¡No a los recortes en educación!).
4.- Rajoy no mira a los periodistas que le preguntan y en ocasiones incluso mira hacia otros lados, como si no fuera con él.  Me ha parecido un lenguaje corporal, cuando menos, inadecuado.
5.- Rajoy no sabe inglés. (¡No a los recortes en eduación!)
6.- La retórica es un arte infinito.  Los escribidores de discursos de la Moncloa han sido capaces de montar un argumento para demostrar que la línea de crédito no supone un fracaso de las políticas económicas del gobierno (éste y los anteriores), sino un triunfo en toda regla.  No digo que no lo sea.  Digo que le han dado la vuelta a la tortilla en la línea del sofista más consumado o del abogado mejor pagado.
7.- ¿Rajoy toma nota con lo que parece un boli Bic en concordancia con los tiempos de penuria y ascetismo?
8.- Un periodista pregunta por qué va a Polonia a ver el partido esta tarde.  El presidente responde que va porque todo esto ya está resuelto y porque lo ha invitado el presidente de Polonia. Casi todo el mundo sólo ha creído la segunda razón.  De cualquier forma lo interesante no es la respuesta, sino la pregunta. Es decir, por qué se pregunta, o mejor, por qué se tiene que preguntar.  En mi opinión ese viaje no debería haberse producido y punto.
9.- El director de La Razón dice en una tertulia matutina que si lo consideran infantil por no querer llamar rescate a lo que ha pasado, pues que él está muy contento de ser infantil.  Luego interviene y pone dos ejemplos evangélicos, uno sobre Santo Tomás (el de los dedos en la herida de Cristo) y otro sobre San Pedro, pero ya no se le oye bien porque están todos chillando, es decir, opinando. (¡No a los recortes en eduación!).
10.- Y detrás de todo una ristra de grabaciones y comparecencias en las que el presidente y otros miembros del gabinete decían que no iban a recurrir a ninguna ayuda europea de ningún tipo. Si Diego levantara la cabeza...

Mientras tanto, se oye el frotar de las manos de los periodistas por haber conseguido llenar una mañana de domingo con tan poca paja.

9.6.12

Circo sin pan

Sócrates a punto de autoajusticiarse.
Hace unas semanas (o días) se preguntó al paisanaje en una encuesta si estaría de acuerdo con que España se dejara ganar por Alemania a cambio de que se saldara la famosa deuda y cayera la no menos ínclita prima de riesgo. Al aparecer ganó don Quijote y la mayoría optó por el más vale honra sin barcos que barcos sin honra. En no sé qué pueblo hispano o celtibérico optaron por gastar las escuálidas arcas municipales en un festejo taurino antes que en una cuadrilla de trabajadores.
El viejo adagio romano mantiene su vigencia con el matiz de que en las actuales circunstancias no se pueden dar los dos juntos. El pueblo ha elegido y los medios también, siguiendo en este caso el consejo de Lope de Vega:

 ...porque como las paga el vulgo, es justo 
hablarle en necio para darle gusto.

Nos quedan varias semanas de europea copa, expresión que tanto me recuerda a aquella en la que el griego Sócrates tomó su amargo veneno.
Beberemos pues el cáliz dulce de las victorias virtuales.  Las de verdad, las que se forjan en la justicia social y ciudadana del día a día, esas, ya volverán si pueden o las traemos.
Y como perdamos al fútbol, pues abriremos la botella de cicuta y brindaremos en nuestro propio entierro, como si esto fuera Irlanda o algo parecido o peor.

8.6.12

Tarde de estreno

Microteatro por necesidad
Petit teatro
Teatro Cánovas, Málaga, 6-10 de junio de 2012.

Aunque no es la primera vez que me pasa, esta tarde he vivido esa extraña sensación de oír en boca de otros mis propias palabras.  Cuando las dicen otros ya no parecen de uno, alzan el vuelo y ganan en fuerza y sinceridad.  La gracia y el arte que han demostrado los cuatro actores que han interpretado los dos microteatros, La cama y Desalmada (Susana Fernández, Monticruz, Marina Hernández y Mariché López) han multiplicado (revalorizado) el posible valor que tuviera lo que escribí.  Han sabido captar los matices y llevar a la escena con gran regocijo del público las ideas que un día pasaron por mi cabeza camino del papel (pantalla).
Gracias a ellos y al público que ha asistido a las funciones. Todos hemos salido mucho más que satisfechos de esta experiencia nueva y apasionante, en la que los actores están a menos de un metro del micropatio de butacas (quince personas máximo). La otra obra (que no he escrito, La merienda) me ha parecido  magníficamente diseñada e interpretada y ha atrapado al microrrespetable desde el primer instante haciéndolo cómplice hasta límites muy personales.
Ni que decir tiene que no puedo adelantar lo más mínimo de los argumentos, porque el resumen corre el riesgo de ser más largo que la obra.
Y para rematar la jornada, tras Es-puto cabaret de Espejo Negro, los queridos y conocidos de este blog Boleros Imperfectos que han bordado un show pleno de sarcasmo, ironía y buenas canciones.
Quizá para compensar tanta miniaturización dramatúrgica, la dirección del teatro Cánovas ha decidido proyectar en el exterior unas grandísimas imágenes de los participantes en el VII Ciclo de Humor.  En esta se ve a Susana Fernández (actriz en La cama) delante de su gigantesca efigie warholiana.

2.6.12

Taller de reparaciones

Recuerdo aquellos tiempos en los que la gente tiraba coches, televisores, exprimidores de zumo, tirachinas y almireces en cuanto presentaban el más mínimo desperfecto. Eran los días de las tarjetas largas y el crédito infinito. Vivíamos en una burbuja, en un sueño dulce que un mal día se tornó en pesadilla.
En mis primeras visitas a Japón entré en las tiendas de electrónica de Tokio dispuesto a conmocionarme por la hipervanguardia tecnológica.  Imaginaba que encontraría robots regalando blue-rays o formatos de vídeo y audio inauditos e inéditos por aquí.  Pero cuál fue mi sorpresa cuando empecé a ver cintas de VHS y casetes de aquellas del volver hacia atrás con las estrías del boli Bic.  Y no estaba en un país en decadencia (fue mucho antes del funesto 11M y el posterior problema de Fukushima).  Me preguntaba por qué en la meca de la electrónica se reparaba y se reutilizaba tanto cacharro.  Más tarde por otras vías encontré una respuesta cultural y antropológica en el concepto wabi-sabi, que ya expliqué en otra entrada.
Pues bien, ahora nos toca en España volver a los talleres de reparaciones.  Lo primero que quizá haya que reparar sea el país entero, sus privilegios, sus concordatos, sus autonomías, sus centralismos, su banca, sus desigualdades sociales y regionales, su posición en los festivales de Eurovisión, su nivel de desempleo, su economía sumergida, su identidad global...
España como problema, he ahí el tema del 98 que vuelve.  Cambien Cuba por Marbella, el Maine por Bankia y a Hearst por Merkel. ¿Estamos a las puertas de un nuevo regeneracionismo?
En la revista de la OCU leo un artículo sobre talleres de reparaciones de ordenadores. Acabaron los tiempos de cambiar de PC cada dos años.  Acabaron los tiempos de mandar a los viejos a los asilos. Olvídense de pasarse de una compañía de teléfonos a otra para conseguir un mejor terminal.
Es tiempo de visitar los trasteros, de lañar (1) los botijos, de sacar las cajas de la costura, de visitar al zapatero (con minúsucula).  Es ya la apoteosis de la cinta aislante y la masilla reparadora.


1)Trabar, unir o afianzar con lañas un objeto.