30.1.10

Ryogoku

En el mismo Ryogoku está el estadio de sumo y todo el barrio, desde que bajas del tren, gira en torno a este deporte ancestral que levanta pasiones en Japón. En las misma estación, antes de salir a la calle, te reciben unos imponentes retratos de luchadores legendarios que atemorizan al viajero desde su altura.


Desde el andén se puede ver el edificio donde se celebran los combates.


Esta escultura está justo al salir de la estación a la calle.

Bicicletas aparcadas en el barrio.

Restaurante que ofrece pez globo en su menú. El takifugu es un manjar peligroso que pocos se atreven a probar. Hace poco murió alguien famoso por ingerir una gran cantidad de este pescado. Los cocineros que pueden prepararlo tienen que hacer una ampliación de estudios para conocer el arte y la ciencia del corte de este pescado. Nuestros amigos japoneses nos aconsejaron que no lo intentáramos. Y donde fueres haz lo que te dijeren.

En los alrededores hay muchos pachinkos, salones de juegos superestresantes que ya saqué en una película del viaje anterior.

Escaparte de un restaurante.


Estatuas de luchadores de sumo en una avenida que da al estadio. Parece que hay alguna superstición que desconozco acerca de estas estatuillas que están en las aceras, porque presentaban signos inequívocos de haber sido sobadas en innumerables ocasiones.


Chanko-nabe, especie de potaje con verduras y carne que se hace en la mesa y que se tiene por el alimento predilecto de los luchadores.

Servicios en la calle.

Y por fin, justo antes de irnos, pudimos ver a unos luchadores (de poco peso) que venían como del estadio en dirección a sus casas.

29.1.10

Verba volant

1.- Un día de los ochenta iba yo en el autobús de mi barrio y en una de las paradas subió una anciana señora diciendo: "¡Qué malo es llegar a viejo!"; a lo que el senequista conductor respondió: "Más malo es no llegar".

2.- En el cine Monumental, sito en Ciudad Jardín, frontera con Mangas Verdes, ponían en los setenta películas dobles, preferentemente de kárate, Bruce Lee, destape y demás. Unos amigos (cuyos nombres diré si ellos me dan permiso) oyeron a unos gitanos canasteros hacer la siguiente profundísima reseña sobre la primera película del programa: "Entretenida sí, pero buena película...". Chúpate esa, Antonio Gasset.

3.- Esta historia es una de las mejores que oído.
Cuenta mi madre que a principios del siglo pasado había en Álora una muchacha que se estaba muriendo. Al parecer era costumbre ancestral que los vivos aprovecharan el próximo tránsito de un moribundo para mandar mensajes a los seres querido del más allá. Así que una retahíla de vecinas pasaba por el lecho de dolor donde agonizaba la joven: "Dile a mi marido que ya hemos vendido la mula y que el niño se curó de las paperas"; "Dile a mi Juanita que su novio todavía no se ha casado"; "Dile a mi hermana que se me perdió el anillo dentro de un pozo", etc. La madre de la muchacha, sentada al borde de la cama oía y oía las peticiones pacientemente, pero cuando por fin se hubieron marchado todas las visitas, le dijo a su hija: "Niña, tú no vayas a estar todo el día gloria arriba, gloria abajo. Tú te sientas a la vera de Dios Padre y te quedas allí quietecita".
Años más tarde de que mi madre me contara esta historia, leí en Cien años de soledad un fragmento muy parecido a éste, pero sin el remate final de la madre consejera.

28.1.10

Limosnas

Siempre me he preguntado por qué los bancos ponen junto a la ventanilla una caja para que nosotros, los pobres asalariados, parados, jubilados... pongamos dinero para los niños famélicos, las víctimas de los desastres y de los desaires del destino. ¿Es que no hay muchísimo más dinero al otro lado del cristal? ¿Es que no se solucionarían los problemas de Haití (los de ahora y los de antes) si se hubiera extraído una centésima parte de lo que durante tantos años han ganado los hombres y mujeres de las corbatas italianas de seda y los bolsos de Chanel?

Museo de Edo

Edo es el nombre antiguo de Tokio. Algún tokiota nos comentó que todavía sus habitantes se hacen llamar edo-jin, gente de Edo. Cerca de la estación Ryogoku de JR (Japan Rail) está el museo de Edo, que, aunque no contiene grandes obras de arte, como el nacional, que está en el parque de Ueno, es un gran museo desde el punto de vista didáctico.
El edificio es una especie de nave intergaláctica.


Justo al lado de la pata izquierda de este monstruo, según se mira, hay un servicio con este curioso cartel en el que, en mi modesta opinión de observador urbano casual, el individuo de la silla de ruedas está a punto de propinarle una patada en las posaderas al sediento muñeco de la derecha. Todo bajo la atenta mirada de un dios azul y una diosa roja. Vamos, digo yo.


En el interior del museo hay un enorme patio con un edificio central. Allí había un cuentacuentos que entretenía a chicos y grandes con alegres (se reían) historias del viejo Edo. Debían de ser muy interesantes por las constantes carcajadas del respetable.


Detalles de una enorme y trabajada maqueta de las calles de Edo en el siglo XVII aprox.



Imaginen la voracidad fotografiadora nipona cuando se trata de su propia historia y hay un cartel que permite hacer fotos, incluso con flash.


En otra parte hay una representación con maniquíes de una escena de teatro Kabuki.




El gran maestro Hatsushika Hokusai, autor del famosísimo cuadro de la ola en la costa de Kanagawa. Esta representación está basada en algunos autorretratos.


Maqueta de un gigantesco y rococó cine de la primera mitad del siglo XX.


Y he aquí a lo que se dedicaba esta empresa antes de hacer los portátiles con wifi que usamos en clase con los alumnos: estufas de vetetuasaber qué líquido inflamable y pestilente.

25.1.10

Corregir

Corregir exámenes tiene un trasfondo estúpido.
Tú sabes algo, lo cuentas en clase y luego les preguntas a los alumnos para ver si han entendido lo que tú les has contado. Es decir, preguntas lo que ya sabes. Corregir significa en primera acepción del D.R.A.E. "enmendar lo errado". La mayoría de las veces no se enmienda nada de lo errado, sino que erre que erre el alumno tropieza equis veces en el mismo yerro. La segunda acepción sí que se contempla: "advertir, amonestar, reprender". Ese firme y fulminante bolígrafo/rotulador rojo inundando la vacilante letra del mozo o moza es como un rayo colérico que dice: "¿Es que no te has enterado todavía de lo que me he hartado de explicar? Menuda juventud, no sé adónde vamos a parar, etc.".
Corregir es cabrear y cabrearse.

24.1.10

Anécdota y reflexión "románticas"

Anécdota:
La semana pasada estuvimos viendo en clase Remando al viento, una maravillosa película que se sostiene a pesar del paso de los años. Resulta imprescindible para que el alumnado capte la esencia del Romanticismo más auténtico, el revolucionario, irracional e irreverente de la primera mitad del siglo XIX.
Pues bien, al terminar la clase estaba esperándome un antiguo alumno de hace seis o siete años, que nunca había venido por el centro. Nos saludamos y me dice:
--Mira, es que me estoy preparando el acceso a la universidad para mayores de 25 años y te traigo este tema del Romanticismo para que le eches un vistazo y me digas si está bien.
Pasmado me quedé.

Reflexión:
En una de las tomas de la película se ve a Lord Byron (Hugh Grant) saliendo de un embarcadero y tratando cruel e ingeniosamente a su sirviente. Me vino la analogía. Un genio que cojea, que despotrica del mundo, que se topa con amores contrariados, amigos a los que trata con displicencia, que lanza sentencias epigramáticas contra todo y contra todos. Lo vi claro: el doctor Gregory House es la reencarnación catódica de Lord Byron.

23.1.10

Síntoma de esperanza

¿Por qué agachamos la cabeza bajo la lluvia?

Reflexión libre léxico-semántica

Amigo, amiguito, amiguete, amigacho, amigote.

Guarrerida española

No hay que ir a Japón, ni a Nueva Zelanda, ni a Tombuctú para percatarse del desprecio español por el espacio público. He aquí un soporte de papelera, en cuyo extremo los peatones que esperan el verde para pasar han depositado, a lo largo de varias generaciones, estratos y estratos de chicles usados. Delicioso. (fotografía de Fina G. Naranjo).

22.1.10

Monjes campaneros de Kioto

Aunque me salto la linealidad del relato, aquí pongo un vídeo de los monjes del templo Chion-in de Kioto, que se tiran toda la noche del 31 de diciembre dando 108 campanadas.
Las colas eran tan espectaculares como el tañido.
http://www.youtube.com/watch?v=9lY6gWwMIv0
Pues me he encontrado un vídeo de alguien (probablemente un español residente en Japón), que sabe más que yo sobre este asunto y que estaba esa misma noche (hora arriba, hora abajo) en el mismo sitio (metro arriba, metro abajo).

21.1.10

NIkko 3 y Tokio

En los parques de Nikko me encontré con este buzón un poco británico.


Por una tremenda coincidencia fonética (paronomasia) hay algunos productos de Nikko con este inquietante adjetivo del castellano.




Esto que parece una gasolinera es un taller. Me puedo imaginar la celeridad y eficacia de las reparaciones con ese aspecto de paso que tiene. Los vellos de punta se me ponen cada vez que tengo que ir aquí a un taller oficial, oficioso, legal, cuasilegal o lo que sea. O te clavan o te tienen dos semanas cogiendo autobuses y metros que llegan tarde. Si llegan.


Curioso nombre para una galería comercial de Utsunomiya.

Palillos para comer en una restaurante barato pero bueno en la misma estación.

Cartel en la zona de fumadores en el que se advierte de las inconveniencias de llevar niños a semejantes lugares.


No, no es un tuno alopécico, es un monje budista en la misma estación.


Cartel de publicidad sobre turismo en España. Estación de Tokio. Algunos japoneses (que no habían estudiado aquí) sabían dónde estaba Málaga y la Costa del Sol.


Iluminación navideña entre los rascacielos de Tokio.

20.1.10

Nikko 2

Ahí van unas fotos de Nikko. Mañana las explico que ya es muy tarde.
Ya es mañana.
Un autobús turístico te lleva a la zona de monumentos que son Patrimonio de la Humanidad.
Después del jardín japonés se visita el templo Rinno-ji, fundado hace 1 200 años por Shodo Shonin, creador de la secta budista Tendai. Dentro hay tres grandes esculturas de madera cubierta de pan de oro. Las fotos del monje y el árbol apontocado de la entra anterior son de este templo.
Un poco más arriba está el Tosho-gu, que es un santuario sintoísta. He aquí otra diferencia léxica: los sintoístas tienen santuarios, los budistas tienen templos.
Estas "casas sagradas" son lo primero que se encuentra tras pasar el torii.

En una de ellas están los mundialmente famosos monos místicos de Nikko, que ni oyen, ni hablan, ni ven. Estas figuras forman parte de un friso en el que se cuenta el ciclo vital de un mono. Cuentan las leyendas y hermneúticas que son enviados por los dioses para delatar los pecados de los seres humanos. Uno de ellos, Kikazaru, se tapa los oídos para ver las malas acciones y transmitírselas a Mizaru. Éste le comunica los mensajes al tercero, Iwazaru, el mudo, quien lo comunicaba a los dioses y velaba por el cumplimiento de las penas.
También se interpreta que el camino a la sabiduría deber contemplar estas tres acciones: no escuchar maldades, no ver maldades y no decir maldades.
Incluso hay una versión moralizante: "No digas todo lo que sepas, no mires lo que no debas y no creas todo lo que dicen". Esta última me parece más apropiada a nuestros días, sobre todo cuando se ve, lee o consumen medios de comunicación de masas.






Los cipreses que rodean este templo son espectaculares. Por esta endiablada escalera se llega a la tumba de Ieayasu Tokogawa.

Y he aquí el también famoso gato durmiente de Nikko, que es casi el emblema de la ciudad. Se trata de un relieve en madera de pequeño tamaño que está sobre el dintel de la puerta de entrada al camino que lleva a la tumba de Ieyasu. La verdad es que pasamos unas tres o cuatro veces por debajo y no lo vimos. Cuando ya íbamos a salir de vuelta le preguntamos a la mujer de la entrada y tuvo que venir a señalarnos con el dedo dónde estaba el gato durmiente. A muchos japoneses que había por allí les pasó lo mismo. Consuelo de turistas.


Este es el puente rojo Shin-Kyo, que cruza el río Daiya. Se cuenta que Sodo Shonin pasó el río por este punto en el siglo VIII, a lomo de dos enormes serpientes. El original era del siglo XVII, pero como muchos monumentos de madera es reconstruido exactamente cada cierto periodo de tiempo.

Casandra nipona

Hala, aquí está lo que ya advertí, bueno, yo no, un sismólogo japonés:

19.1.10

Cortometraje recomendado

Pasen, vean y opinen sobre este corto en dos partes.


Nikko (Japón) 1

A unos 140 kilómetros de Tokio hacia el norte se encuentra Nikko. Lo importante de esta ciudad es su naturaleza (que no nos dio tiempo a disfrutar) y sus templos. Nos contó Keisuke que existe una leyenda sobre Nikko, Bashoo y un tesoro escondido. Al parecer, una canción de Bashoo que cantan los niños y cuyo contenido es más bien absurdo y extraño es una especie de mensaje secreto en el que se ocultan las claves de un tesoro de algún shogun Tokogawa. No es la primera vez que oigo la teoría de que Matsuo Bashoo fue en realidad un ninja al servicio del shogun que recorrió el país mandando mensajes en clave con forma de haykus y canciones. Habrá que investigar más a fondo todo este entramado histórico-conspirativo.
La cosa es que cuando llegamos hacía sol y un frío espantoso.

Estación de JR y montañas nevadas.

Lo primero que se visita es un pequeño jardín japonés. No es una redundancia. Todos los jardines de Japón son japoneses, pero se llama jardín japonés a los que tienen estas formas, plantas, lagos y puentecillos peculiares. Las fotos no son muy buenas porque había un gran contraluz y unas sombras alargadas que afeaban un poco el paisaje.



Luego están los templos propiamente dichos, uno budista y otro sintoísta.
Aquí un monje trabajando en el gran caldero de los inciensos.
Keisuke nos resumió la compleja situación religiosa de Japón (a nuestros ojos de sectarios católicos, anticatólicos, protestantes, islamófobos, islamistas, antisemitas... que tantas guerras, persecuciones y progromos han provocado) de la siguiente manera: los monjes sintoístas tienen pelo, los budistas están calvos. Qué lección de permisividad y convivencia para occidente (y meto al islam y al judaísmo como hermanos nuestros). Sólo persiguieron a los católicos en el siglo XVII y fue más por razones políticas del shogunato que se estaba creando en aquellos momentos.


Remate del alero del tejado de un templo.


Árbol apontocado (creo que es la primera vez en mi vida que escribo esta palabra).