28.4.12

La lluvia en Sevilla, etc.

Casual y serendípicamente mientras estaba viendo ayer My Fair Lady por motivos académicos, llovía sobre las casetas de la feria de Sevilla. Los traductores de las canciones de aquella memorable película cambiaron "The rain in Spain stays mainly in th plain" (La lluvia en España permanece principalmente en la llanura) por "La lluvia en Sevilla es una pura maravilla".  Convirtieron un ejercicio sobre el diptongo "ai" por otro sobre el yeísmo ( Y / LL), desafortunada elección para una ciudad en la que todo el mundo es yeísta.  Los pobres hicieron lo que pudieron.
Quisiera plantear tres mini-reflexiones sobre el contenido de esta historia tan lingüística:
1.- La actitud del profesor Higgins es prepotente, machista y clasista, lo cual es criticado de manera más o menos directa durante el transcurso de la trama.
2.- Parece ser que en el ámbito anglosajón (sobre todo británico) está muy arraigada la idea de que el uso correcto de la lengua es una marca de distinción social, más que geográfica, como ocurre en España.
3.- Al principio de la película, en su primera canción, el fonetista que moldeará a la florista se lamenta por la fragmentación del inglés (llega a decir que en Estados Unidos nunca lo han hablado) y se queja de la ineficacia de los métodos educativos, que permiten a los niños hablar de cualquier manera.  Es la vieja historia de la infinita decadencia que nunca acaba, el apocalipsis ad nauseam.  Pasados más de cuarenta años de la película (y muchos más desde que Bernard Shaw estrenara la obra en la que se basa, Pigmalión), el inglés sigue ahí, más fuerte que nunca, amenazado no por su propia dejadez, sino por el empuje de otras lenguas, como el español.
4.- La idea de poder cambiar a las personas es atractiva e inquietante. Convierte al docente en una especie de demiurgo o diosecillo.  Muchas veces hemos oído decir a alguien que tal o cual profesor le cambió la vida.  Esto supone una carga de responsabilidad enorme para los que estamos en el (t)ajo de la docencia.  Esta carga ahora se va a ver acrecentada cuando nos metan dos horas más de clase.  Ya sé. No se va a morir nadie por trabajar dos horas más, pero sepan (o recuerden) que esas horas acarrean más exámenes, más clases que preparar, más ejercicios que corregir y más vidas que poder moldear.  El problema es que nuestra sobrecarga llevará al paro a cientos de miles de compañeros que pasarán a engrosar las ya gruesas (y largas) colas del paro. Quién sabe. Lo mismo acaban vendiendo flores como Audrey Hepburn (Eliza Doolittle) bajo la maravillosa lluvia de Sevilla.

27.4.12

Verba volant

Oigo en la radio que existe un proyecto de integración social en alguna prisión española, el cual consiste en sacar a los internos a practicar deportes como el montañismo o el atletismo en entornos rurales. Parece que la idea en sí es interesante e inculca en los reclusos el valor del compañerismo y del sacrificio, pero lo gracioso del asunto es el título que le han puesto a la iniciativa: "Correr te hace libre".
La frase se las trae si no es un chiste, porque es calcada de la que había escrita a la entrada de Dachau y otros famosos campos de concentración nazis: "Arbeit macht frei" (el trabajo os hace libres). También recuerda la sentencia de Pablo de Tarso: "Sólo la verdad os hará libres".  Muchos de los que penados serían menos libres si contaran (o hubieran contado en el jucio) toda la verdad sobre sus menesteres ilegales.
Y por último (last but no least), decirles a los presos que correr da la libertad parece más bien una incitación perogrullesca a la fuga.

25.4.12

Tarde de historia, flores, cine y astronomía urbana

Ayer anduve por la tarde cálida y un poco terralera de Málaga.  Me invitaron a ver Carthago Nova, una película didáctica de animación, con más didáctica que animación, ambientada en la ciudad murciana de tiempos del imperio romano. Fue interesante desde el punto de vista divulgativo, pero la animación y el dibujo dejaban bastante que desear con respecto a los productos que se ven hoy día.
Luego paseamos por la alfombra sucia y roja de calle Alcazabilla e hice (y me hicieron) unas cuantas fotos.

Palmera en calle San Agustín y torre del Museo Picasso.

Flores caídas.

Flores antes de caer.

Entrada a la Alcazaba. De uno de los brazos de la cruz pende un mono de trapo.

Teatro romano y Alcazaba tras poeta con gorra.

Venus, Luna y Aldebarán (casi imperceptible) sobre la Plaza de la Merced.

Flor inverosímil. Que alguien me diga cómo se llama este árbol. Gracias.

Piletas de garum en el edificio del rectorado (antiguo Correos).

23.4.12

Libros, un libro y un genio.

Libros:
No sé si hoy es el día de los libros o el de los libreros. Ya he contado varias veces mi prevención ante la divinización del objeto libro. No cualquier libro es mejor que cualquier película, que cualquier conversación (Borges dixit), que cualquier reportaje de televisión.  Existen libros nefastos (perniciosos incluso para el ser humano, como Mein Kampf), libros falaces, libros superfluos, libros mal encuadernados, editados, traducidos; libros demasiado caros para lo que cuentan, libros que sólo sirven para rellenar estantes de los salones...
No podemos caer en el mero consumismo de papel.  La inflación de ediciones en un país como España no sé si oculta algún blanqueo o es directamente incomprensible, amén de antiecológica.
Otro aspecto sospechoso de este día del libro es que prácticamente sólo se habla de dos tipos de ellos: las novelas y los libros de autoayuda.  Ya conté la teoría (que comparto) de Taleb con respecto a la dopamina y la narrativa.  Parece que el personal necesita vectores, patrones, indicadores, carriles y rediles para poder reconducir su descarriada vida, et tout le reste est littérature.
Y por último, como ya dije otra vez, ¿por qué diablos se celebra el día que murió Cervantes? ¿Es que no lo tratamos ya suficientemente mal en vida como para alegrarnos de su muerte?
Entiéndanme: tengo la casa llena de libros, los compro, los leo, los releo a veces, he escrito y publicado unos cuantos, vivo de explicar los que han escrito los demás... No soy un inquisidor tecnológico, ni un productor televisivo, pero prefiero la palabra (en cualquier formato) a los libros.

Un libro:
El paseo, de Robert Walser
Este libro demuestra que en literatura el cómo es más que el qué.  Walser, que fue admirado por Kafka y Thomas Mann te tiene 79 páginas embobado sin contarte apenas nada, un paseo apenas por una pequeña ciudad europea de principios del siglo XX.  Una sintaxis embriagadora, unas disquisiciones certeras y sarcásticas, unas descripciones irreprochables, unas cuantas contradicciones autocomentadas y unas reflexión sobre la misma literatura que estamos leyendo hacen de este relato una obra maestra. Un ejemplito:
"En conjunto, la continua necesidad de goce y prueba de cosas siempre nuevas se me antoja un rasgo de pequeñez, falta de vida interior, alejamiento de la Naturaleza y mediana o defectuosa capacidad de comprensión. Es a los niños pequeños a los que siempre hay que mostrarles algo nuevo y distinto para que no estén descontentos".

(Gracias, Paqui, por recomendármelo y prestármelo).

Un genio:
Hoy ha tenido lugar una de esas escenas que hacen que merezca la pena dedicarse, de manera más o menos directa, al plúmbeo mundo de la cultura.  Nicanor Parra ha mandado a recoger el Cervantes a un nieto muy joven con una herrumbrosa máquina de escribir y ha colocado entre el público a familiares en mangas de camisa, que parecían estar en una cantina, en lugar de en el complutense paraninfo. Y no se pierdan el discurso que ha leído el nieto, con unos poemas magistrales del maestro de maestros. ¿Cómo habrán sonado estos versos a los trajeados asistentes?:
     La seriedad de frac
     es una seriedad de panteonero:
     la verdadera seriedad es cómica.

22.4.12

Juglares en el asfalto

El juglar en el asfalto, Daniel Lázaro Abolafio


Esta vez no se pueden fiar mucho de lo que les diga porque soy juez y parte.  A Daniel lo conozco desde hace no sé si ya demasiado tiempo.  Aunque tuvo la suerte de nacer poco después de mí, nos hicimos literariamente en el mismo caldo de cultivo.  Ha sido galardonado en varias ocasiones en distintos lugares de la geografía española y tuve el placer y el honor de presentar hace unos años su libro La extraña ribera.
Como su querido (y mío) Odiseo, es poeta multiforme e ingenioso, que lo mismo le mete mano a los haikus, a los zéjeles, a los sonetos o al verso libre y libérrimo. También se ha acercado a la narrativa (aún inédita) y al microensayo apotégmico, todo siempre aportando un plus de exquisitez poética y de sutileza verbal, que lo colocan entre lo mejor que se puede leer hoy día en estos y otros pagos.
Anoche, como ya anuncié, se presentó oficialmente en "Espacio Anfibio" (Málaga) su último poemario, El juglar en el asfalto, una derroche de humor, sarcasmo y cuidada, erudita, versificación.  El abnegado público ( parte del cual había renunciado a un crucial (otro más) partido de fútbol) se lo pasó muy bien y aplaudió entre poemas y entre versos a veces.
Lo acompañamos unos juglares improvisados que pusimos música a varios poemas del libro.  Susana Fernández, Eduardo Retamero, Emilio Lobato, José Miguel Ruiz, Monti Cruz y un servidor de ustedes tocamos guitarras, saxo y ukelele con también gran éxito de público.
Tarde memorable y calurosa que concluyó con una cena en la que hubo más risas todavía.
Cuando salimos al asfalto, los juglares nos dispersamos a nuestras villas esperando volver a juntarnos a la primera ocasión que surja o se genere.

21.4.12

De Darwin, juglares y ukeleles

Contra viento y marea, es decir, contra primeros platos, segundos y postres que se estaba zampando el público, Boleros Imperfectos ganó la batalla al ruido y la mala sonorización y consiguió un éxito más de público y de crítica: petición de bises, ovaciones en medio de los temas, dos orejas (de Modigliani) y vuelta al ruedo.
Anoche, al ver entre el público a algún miembro de grupos en los que había estado Eduardo Retamero (a. el Comentador de Ocaña, a. el de enmedio de los Boleros Imperfectos), me asaltó un pensamiento darwiniano: de dos grupos con un total de cinco miembros sólo ha salido un verdadero cantante y showman.  Porcentaje preocupante, pero quizá es que la vida en la sabana del espectáculo sea así de cruel.
Esta tarde tendré el alto honor de tocar el ukelele junto a él (ya sé que suena rara la frase) y cantar en la presentación de El juglar en el asfalto, el último libro de Daniel Lázaro, otro poeta criado, como yo, en la cantera del taller Tediria, donde, al parecer, también se produjo una selección natural con cuyos resultados no estoy totalmente de acuerdo (por lo que a mí y a ciertas personas respecta).  Este poemario es una colección de piezas perfectamente versificadas según esquemas populares y tradicionales (pareados, zéjeles, villancicos...), pero que albergan un contenido rabiosamente actual (especulación inmobiliaria, atascos, atracones navideños, etc.). He aquí unos versos de "Generación enquistada":
       
          ¿Irme de casa? ¿Por qué?
          Si aquí ya tengo internet.


          Te juro que no preciso 
          todos los metros del piso.


          En casa estoy a mis anchas.
          Tú me limpias, tú me planchas.


          Y a papá no le molesta
          que Marta y yo en la siesta...


          Pero qué rico el puchero.
          Te quiero, mamá, te quiero.


          ¿Quién quiere volar del nido
          y perderse este cocido?

Por muy mal que salgan las cosas esta tarde promete ser memorable.
Así que ya saben, a las 19:30 en Espacio Anfibio de Málaga (C/ Amargura, 56) estaremos los juglares del asfalto.  No se lo pierdan, que partidos Real Madrid-Barça hay dos cada año, por lo menos.

19.4.12

Síntoma, símbolo y simpatía

Síntoma:
Un rey matando elefantes invitado por un jeque árabe pinta mal en medio de los ajustes/recortes que se están imponiendo a los jubilados y trabajadores (públicos y privados).  Da a entender que a lo peor no todo está tan mal como se quiere hacer creer, que quizás hay más dinero del que se contabiliza, más reservas que las cacareadas.  Algunos incluso podrían pensar que la tan traída y llevada crisis no es más que una burda cortina de humo para ajustarle los machos al estado del bienestar (más bien del "estar" de la gran mayoría de la población, se entiende).
Símbolo:
El elefante es símbolo rico y polifacético. Ganesha es un dios-elefante de la religión hindú que simboliza la protección de la casa (real o imaginaria). Es adalid de la memoria y podría ser tenido en cuenta como logo para alguna asociación de ayuda a enfermos de Alzheimer. En Estados Unidos representa al partido republicano, porque así apareció en una viñeta de 1870, en la que el burro demócrata intentaba asustar a los animales vestido con la piel de un león.
Simpatía:
Hay quien nace con estrella, quien nace estrellado, quien se cae y quien cae simpático.  Nuestro monarca abarca todos estos destinos. Fue hijo de un rey que nunca reinó y que le cedió la corona por razones, llamémoslas, "portuguesas". Sufrió un accidente familiar gravísimo relacionado con su hermano y con armas de fuego, las cuales, como todo el mundo sabe, las carga el hombre. Se cayó en diversos espacios y tiempos de ocio y domésticos. Pero, ante todo, es un hombre que cae simpático. Se vistió de militar aquella tarde noche helada de febrero y más de media España se hizo juancarlista. No es el momento ahora de anatomizar aquel instante. Llegó, habló y convenció.  Y ahora va, se para delante de la bisagra de una puerta de hospital (otro símbolo, la bisagra, muy cercano a su papel en la historia de España), dice mea culpa y rebaja la presión más que toda una campaña de carteles, cócteles y telefonazos.

¡Ganesha salve al rey!

16.4.12

De jóvenes (y) vampiros

Esta mañana me he dado una vuelta por la feria del libro que hay instalada en la biblioteca de nuestro centro.  Allí estaban los clásico, los más vendidos (que raras veces coinciden, al menos hoy día), los libros que nos autoayudan, los de tapas gordas para regalo...  Pero había un ala entera con mesas de dos por uno, rebosante de zombies y vampiros (academias de vampiros, diarios de vampiros, vampiresas en minifalda, vampirillos a los que se les caen los dientes para que el ratoncito Pérez les traiga un euro y así ad nauseam y más allá).
Los jóvenes son aquellas personas que aún no son ciudadanos de pleno derecho, pero que saben (o creen saber) casi todo lo que hay que saber sobre la vida y sobre la muerte.  En verdad ninguno sabemos casi nada sobre esos temas, pero ellos sí porque la ignorancia es osada.  La necrofilia, hemofilia y coprofilia juveniles obedecen, en mi modesta opinión de observador cercano pero calvo, a varias razones.
La primera es una orquestación comercial basada en videoclips, novelas y películas que han alcanzado altas cotas de popularidad.  En realidad esto no es una razón en sí misma, porque la campaña podría haber girado en torno a el croché o el foxtrot y hubiera tenido el mismo éxito.
Me da por pensar que concretamente detrás de la vampirofilia hay un cuádruple simbolismo.
De un lado la sociopatía de quienes se sienten diferentes, ajenos a la vida cotidiana, a los horarios laborales o académicos establecidos por los mayores.  Son los parias más numerosos y cercanos del sistema, los que miran desde detrás de la tapia con la desesperanza de que quizá nunca sean invitados a la fiesta.
Por otro, hay una especie de metáfora del contagio, que les ha sido inculcado a todos los nacidos en la época post-sida.  El contagio es un mito que se ha crecido desmesuradamente desde la invención del microscopio y que acrecienta los miedos inconcretos, difusos, inasibles, que son los peores.  Se usó en la Edad Media para la peste y en la moderna para la sífilis, el racismo, el clasismo y la pediculosis.
Luego está el mito intercalado de la inmortalidad, esa cosa tan pesada y tan incomprensible de la que tanto abominaba Borges, y que tanto gusta a los que todavía han vivido poco.
Y por último, el mordisco vampírico, que es un burdo símil del coito virginal.  Pero esto ya se lo olía hasta el que nada más que ha leído los lomos de los libros de Freud.
El pobre conde Vlad Tepes III debe de estar removiéndose en su ataúd, con su estaca en el pecho, viendo cómo el vampirismo se ha convertido en una especie de moda comercial.  Nada de castillos lejanos envueltos en la niebla, nada de aristocráticas salas de cortinajes carmesíes, ni transilvánicas damas palideciendo de pánico y de placer. Vaqueros de marca, coches ruidosos y gafas de sol de diseño para los nuevos hemófagos.
Y de los zombies hablaremos otro día, que ya es tarde y mañana tengo que explicarles a los alumnos de Bachillerato este poema de Baudelaire:


La metamorfosis del vampiro

La mujer, entre tanto, de su boca de fresa
Retorciéndose como una sierpe entre brasas
Y amasando sus senos sobre el duro corsé,
Decía estas palabras impregnadas de almizcle:
«Son húmedos mis labios y la ciencia conozco
De perder en el fondo de un lecho la conciencia,
Seco todas las lágrimas en mis senos triunfales.
Y hago reír a los viejos con infantiles risas.
Para quien me contempla desvelada y desnuda
Reemplazo al sol, la luna, al cielo y las estrellas.
Yo soy, mi caro sabio, tan docta en los deleites,
Cuando sofoco a un hombre en mis brazos temidos
O cuando a los mordiscos abandono mi busto,
Tímida y libertina y frágil y robusta,
Que en esos cobertores que de emoción se rinden,
Impotentes los ángeles se perdieran por mí.»

Cuando hubo succionado de mis huesos la médula
y muy lánguidamente me volvía hacia ella
A fin de devolverle un beso, sólo vi
Rebosante de pus, un odre pegajoso.
Yo cerré los dos ojos con helado terror
y cuando quise abrirlos a aquella claridad,
A mi lado, en lugar del fuerte maniquí
Que parecía haber hecho provisión de mi sangre,
En confusión chocaban pedazos de esqueleto
De los cuales se alzaban chirridos de veleta
O de cartel, al cabo de un vástago de hierro,
Que balancea el viento en las noches de invierno.


15.4.12

Persépolis

Persépolis, Marjane Satrapi
Cada día que pasa tengo más claro que hay que desterrar de una vez por todas la idea preconcebida de que los libros son la cultura y lo demás (et tout le reste, que dijo Verlaine) es subcultura. Algo he comentado en otras ocasiones y no quiero ponerme demasiado pesado. ¿Es mejor una novelita repleta de tópicos y argumentos consabidos o una buena película de Coppola, Kurosawa, Erice o Buñuel? ¿Por qué es más culta una tesis doctoral hecha con retazos de otros libros que, pongamos por caso, las peripecias de Mortadelo y Obélix? ¿Dónde está escrito que un poema de Campoamor o Bécquer tenga que ser mejor que una canción de Leonard Cohen o Bob Dylan?
Aunque sé que no descubro nada a muchos interesados en el género, es ahora cuando el destino la ha puesto en mis manos y ahí va mi opinión.
La colección de historias gráficas que podemos ver y leer en Persépolis está a la altura del mejor ensayo y la mejor narrativa. Sus dibujos son simples y efectivos, resaltando lo que importa para la comprensión y desarrollo de la trama. La narratividad es digna de Dickens o Auster y, si me apuran, en algunos momentos, mejor.  El contenido conjuga muy acertadamente humor, reflexión, autocrítica, erudición y tragedia. Todo lo que cuenta es tan verosímil, sincero y contundente, que me hizo desprenderme del prejuicio que tenía sobre el libro.  Pensaba que se trataba de un simple alegato contra la situación de la mujer en Irán (que también lo es), pero va  mucho más allá, porque presenta un análisis serio y cómico sobre las relaciones humanas, familiares, sexuales, políticas, morales e interculturales.
Con dos o tres libros como este se acababa la mitad del falso problema del "choque de civilizaciones".

14.4.12

Quiasmo enigmático

Desde que esta mañana conocí la noticia llevo todo el día dándole vueltas.  Me sonaba a algo conocido, como un deja vu sutil y erudito. Por fin he resuelto el enigma: un rey matando a un elefante y un principito autolesionándose con una escopeta de caza me ha recordado el elefante que se tragó una boa y que parecía un sombrero en aquel famoso relato de Saint-Exupéry.  He aquí el fragmento:


"Reflexioné mucho sobre las aventuras de la jungla y, por mi parte, logré trazar con un lápiz de color mi primer dibujo. Mi dibujo número 1. Era así:








Mostré mi obra maestra a las personas mayores y les pregunté si mi dibujo les daba miedo.
Me contestaron: "Por qué un sombrero podría dar miedo?"
Mi dibujo no representaba un sombrero. Representaba una serpiente boa que digería un elefante. Dibujé entonces el interior de la serpiente boa, para que las personas mayores pudieran comprender. Siempre necesitan explicaciones. Mi dibujo número 2 era así:










Las personas mayores me aconsejaron dejar de lado los dibujos de serpientes boas abiertas o cerradas, e interesarme en cambio en geografía, historia, matemática y gramática. Es así como abandoné, a la edad de seis años, una magnífica carrera de pintor. Había sido desalentado por el fracaso de mi dibujo número 1 y de mi dibujo número 2. Las personas mayores no entienden nunca nada por sí mismas, y es cansador, para los niños, darles una y otra vez explicaciones.
Tuve entonces que elegir otro oficio y aprendí a pilotear aviones. Volé por todo el mundo. Y la geografía, efectivamente, me sirvió mucho. Sabía distinguir, del primer vistazo, China de Arizona. Es muy útil, si uno está perdido durante la noche".

Ignoro qué moraleja pueda aportar este cruce de noticias el día que se celebra la proclamación de la II República.
Puede que el rey quiera volver a conducir helicópteros porque nadie entiende sus hazañas cinegéticas, o porque es preferible matar paquidermos que yernos.
Puede que el nieto haya lanzado un mensaje simbólico y críptico queriendo, como el abuelo, disparar sobre especies en vías de extinción.
Y la reina celebrando la Pascua ortodoxa en Grecia, el país al que más se la han hecho (la Pascua) los ortodoxos de la economía del mercado.
Cualquiera sabe. Es lo que tenemos los adultos, que no entendemos bien por nosotros mismos y necesitamos que un niño extraterrestre, un poeta o un telediario nos explique lo que son las cosas que pasan o suceden.

Hanami 2012

El año pasado estuve allí, pero éste me ha resultado imposible coincidir con el espectáculo natural y social de la floración de los cerezos o sakura.  Así que nuestra corresponsal en Kioto ha enviado estas fotos para que los occidentalitos podamos disfrutar también (aunque en 2D y sin perfume) del hanami ("ver las flores") 2012.
 



Como se puede ver, el personal se tira a la calle en desbandada.
He aquí tirados por el suelo un par de tópicos sobre los japoneses
(seriedad, asociabilidad, amor enfermizo por el trabajo...)




Cambien los edamames (soja) por aceitunitas (u olivas)
y díganme si no se parece eso mucho a cierto país que se las da disfrutón.





11.4.12

La dignidad del poeta

Sucede que estás tan tranquilo borrando spam, como quien barre un patio, y en medio de la hojarasca te encuentras un pendiente perdido o una moneda reluciente.
Este vídeo en el que Luis Pastor recita de corrido un poema pluriautobigráfico es un canto a la dignidad, una guantada con mano a las modas, a la banalidad y al conformismo.
Y es que el poeta puede ser muchas cosas: el vate místico, que trasciende la realidad y renueva el mundo con su palabra; el rimador ensimismado en su ser, en su obra y en su cuitas; el exquisito elucubrador onanista que dormita y sueña en su torre de marfil o, al fin, el hombre de hueso y carne (más hueso por el hambre, que carne) que expone, reivindica, lucha y denuncia.
Los últimos años del siglo XX y los primeros del XXI fueron tiempos de desprestigio de la figura del cantautor.  Se consideraba que era una reliquia del pasado, un tipo con barbas, culto pero mal vestido, con una silla y una guitarra, que había cumplido su tosca misión durante el tardofranquismo y la transición y que fue barrido por el viento de esa importada modernidad de hombreras, laca, sintetizadores y guitarras mal tocadas.
Pero henos aquí de nuevo en una encrucijada de malos tiempos, esos que, a pesar de lo que dijo Bertold Brecht, son tan buenos para la lírica.
Disfruten de unos momentos de verdad poética de la buena:
http://www.youtube.com/watch?v=Amw_LBimEew&feature=share

9.4.12

Sobre el sacrilegio

Una vez juzgado, escarniado, asesinado, descendido, amortajado, enterrado y resucitado el Mesías, la inmensa mayoría de los que ayer vitoreaban cirios, tronos, cabras y cornetines han plegado su fe y sus sillas y proceden a volver a su vida agnóstica, aconfesional, cuando no directamente atea.
Parte de la Iglesia anda un poco mosca con la cosa de las procesiones y el boato.  Recuerdo una tímida polémica que se dio en Málaga acerca de la improcedencia de que desfilaran fuerzas militares, tan parecidas a las que escoltaron al nazareno a su cadalso extramuros de Jerusalén. La voz del pueblo se alzó y volvió a anteponer la costumbre a la fe y la tradición, al mensaje pacifista del evangelio.
Ha circulado estos días por las redes un vídeo de la cofradía de Dar Vather y algunos se han sentido heridos en su fe.  La parodia religiosa es tan antigua como las mismas religiones. Plauto se cachondeó a base de bien de los dioses romanos Júpiter y Mercurio en su obra Anfitrión. Miguel Ángel se mofó de su odiado Papa Julio II, colocando gran parte de las figuras del Juicio Final desnudas, enseñándole el trasero, culo o posaderas y coló personajes de la mitología clásica, como Caronte o las Sibilas en la capilla Sixtina. Y sumen a nuestro amigo Brian (falso vecino de Belén), a los dibujantes del cómic de Mahoma, al chef teológico Javier Krahe o al pobre Salman Rushdie, que osó insinuar que el maligno anduvo dictando suras del Corán al Profeta.
La Iglesia Católica (a pesar de que "católico" significa "universal") hasta hace poco no fue muy amiga de respetar las ideas y fes del resto del universo.  No es que se riera de ellas, es que las prohibía, las anatemizaba y las quemaba si se terciaba.  Y algo queda.   Este Viernes Santo el obispo de Alcalá de Henares ha declarado en el Triduo Pascual que "aquellas personas llevadas por ideologías que acaban por no orientar bien la sexualidad humana piensan ya desde niños que tienen atracción por personas de su mismo sexo, y a veces para comprobarlo se corrompen y se prostituyen o van a club de hombres nocturnos os aseguro que encuentran el infierno [...] algunos de estos niños atraídos por la homosexualidad, que han sido abusados en sus propias familias".
Dice el Evangelio que cuando un grupo de personas fue a lapidar a una adúltera, Jesús propuso ordenar las pedradas con aquella famosa frase: "El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra".
Si la Real Academia define "sacrilegio" como "lesión o profanación de cosa, persona o lugar sagrado", habría que ponerse con el bisturí semántico a averiguar si la fe es más sagrada que la libertad o viceversa.

6.4.12

Muerte bajo las aceras

Hoy se conmemora la muerte del hijo de un Dios.  No es la primera vez que sucedía en la historia de las religiones. El dios padre fenicio, por poner un ejemplo, tuvo un hijo único, Ieoud, con una virgen humana llamada Anabret.  Para salvar a la población, un buen día el dios padre engalanó a su hijo y lo sacrificó. La historia está llena de dioses que mueren y resucitan como, Osiris, Dionisos y Adonis.
Pues bien, coincidiendo con la efeméride de muertos que regresan, me encuentro con esta foto de trece asesinados durante la Guerra Civil en Espinosa de los Monteros. No quiero ponerme a bramar por la injusticia y la impunidad de estos crímenes (otros lo hacen más y mejor que yo).  Lo que me llama la atención es que no están en un barranco perdido, ni en un recóndito bosque, ni enterrados en el mar (como cantó Alberti e hicieron con Bin Laden), sino debajo de la acera de una calle cualquiera, a poco más de un metro de profundidad, a, como quien dice, dos palmos de donde ruedan los carritos de bebé, de donde caen los chicles y heces caninas, de donde se gastan las suelas de los caminantes, de donde se depositan suavemente las hojas del otoño.  
Ya lo dijo Quevedo en los dos últimos versos de un memorable soneto:

                 ...y no hallé cosa en que poner los ojos, 
                que no fuese un recuerdo de la muerte.


3.4.12

A vueltas con la Semana Santa

Hace tres años escribí esta entrada, (http://montecoronado.blogspot.com.es/2009/04/que-es-la-semana-santa.html).  Considero que estoy de acuerdo conmigo mismo en lo que en ella se dice.  No sé si eso es malo, quiero decir, que me resulta preocupante no haber cambiado de opinión en tres años.  Me estaré haciendo joven, o sea, vehemente e irracional.
Al final de la entrada (en la salida) se alude a una polémica que se desató aquel año por la pertinencia o no de que los cofrades lucieran un lazo blanco contra el aborto, propuesta que fue paradójicamente abortada.

El hecho de que no haya escrito nada sobre la Semana Santa desde entonces ha venido motivado por que (1)  he invertido estos días sagrados en viajar, usualmente hacia oriente.

Vayan estas fotos como ilustración de tres aspectos muy específicos de la Semana Santa de Málaga:

a) Los limones "cascarúos" que se comen con sal y/o bicarbonato.  Para contrarrestar la acidez extrema de la pulpa, que se carga parte del esmalte dentario, se suele ingerir también la parte blanca de la cáscara.  Es como un tequila sin alcohol.


b) "El Cautivo", un Cristo de gran devoción popular en Málaga, sobre todo en el barrio llamado de La Trinidad.  He investigado infructuosamente qué relación puede haber entre este barrio, este Cristo y un cautivo del siglo XVII que conocía Málaga y que se llamó Miguel de Cervantes.


c) El concepto difuso de las palabras "papelera", "civismo" y "limpieza" que tienen foráneos y autóctonos.  Mientras admiran la belleza barroca, acumulan bajo las sillas bolsas de plástico del Mercadona con tetrabrices de zumo de  melocotón.
Poco has cambiado, España, desde las miserias y relumbrones del Barroco.



1.-  (Nota para mis alumnos) Ahí tenéis un ejemplo de "por que" separado y sin tilde, de esos que son tan difíciles de ver en estos días.

1.4.12

De cara al pasado y al futuro

Lo que me ha pasado esta mañana es una mezcla anómala de tecnología e introspección personal.  Navegando por esos mundos de Dios di con un vídeo de Manhattan Transfer en el que interpretaban "Birdland".  Este fue un grupo que siempre me gustó por sus portentosas voces y la alegría que transmitían en discos y directos (aunque yo nunca los vi en persona).  En el menú de Youtube esta actuación de 2011 en Polonia está al ladito de otras de los años 80.  El contraste físico de los cantantes es brutal.  Parecen sus propios abuelos.  
Y mientras vagaba por estas disquisiciones sobre el paso del tiempo y otros manidos tópicos concomitantes, vislumbré algo que me sorprendió. Era un rostro que me resultaba familiar, un tipo al que conocí no sé cuándo, algún famosillo que se había colado entre el público o algún invitado entre los músicos. Pero no, al final lo vi claramente: era yo mismo, reflejado en la satinada pantalla del nuevo dispositivo multimedia.  Allí estaba, veinte años también más tarde, mirando cómo seguían divirtiéndose aquellos cantantes que, a pesar de lo que ha llovido (o no), tienen las voces en forma y podrán decir cuando salgan del ciclo de las vidas: "Sí, envejecí, se me cayeron los dientes, el pelo y los pechos, pero estuve toda la vida haciendo lo que quería, que me quiten lo cantado".  Entonces acabó el vídeo y me quedé frente a mí mismo, con los cascos puestos, como una especie insecto innominado, que quizá acababa de comprender algo.  Algo que todavía no estaba muy claro en qué consistía, pero que tenía que ver con apagar la tablet, salir a la calle y vivir lo mejor que se pudiera.