No hay que ir a Japón, ni a Nueva Zelanda, ni a Tombuctú para percatarse del desprecio español por el espacio público. He aquí un soporte de papelera, en cuyo extremo los peatones que esperan el verde para pasar han depositado, a lo largo de varias generaciones, estratos y estratos de chicles usados. Delicioso. (fotografía de Fina G. Naranjo).
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