Antes de iniciar la visita guiada la autora dio una pequeña charla introductoria en la que todos aprendimos muchas cosas interesantes. Por ejemplo, que la sutileza en el doblado del papel en el Japón antiguo permitía certificar que el documento había salido del palacio imperial. Lástima que me perdiera la conferencia que dio por la mañana, en la que se extendió sobre esta semiótica del papel, que sustituía y/o trascendía la palabra.
La exquisitez de las piezas presentadas resulta evidente y están cargadas de simbolismos ocultos para los ojos occidentales, que quedaron revelados para los asistentes.
El trabajo de esta artista merece todo nuestro respeto y los amantes de o aficionados a esta civilización no deberían dejar pasar la oportunidad de visitar la exposición que estará toda esta semana.
Además, para completar la jornada, me fui a tomar sushi, sashimi y otras viandas niponas con Rocío, esposa que es del Comentador de Ocaña (alias Eduardo Retamero, alias el de en medio de los Boleros Imperfectos) y con él mismo en persona. Una tardenoche memorable.
Aquí les dejo algunas fotos que hice y el enlace al blog de Origlam:
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