10.12.11

Deconstructing Christmas III

Caganet y manzana del pecado original
Los tres grandes tabúes de la humanidad (lo verde, lo negro y lo marrón, es decir, el sexo, la muerte y las funciones excretoras) son pasto tanto del eufemismo como del disfemismo.  Que no cunda el pánico, que ahora lo explico.
Cuando no se quiere decir "folgar" (o cualquier otro verbo iniciado con f para designar el coito), se eufemiza con "acostarse" o "hacer el amor".   Esta expresión siempre me ha parecido especialmente estúpida e injusta.  No se "hace" el amor, como quien hace un crucigrama o una tarta de manzanas.  Además, el amor se puede construir de muchas formas posibles, sin necesidad de que exista trasvase interpersonal de fluidos.  Por el contrario, si se busca ser desagradable, pues echamos mano de los poetas del andamio hispánico, con sus "mirando a Cuenca", sus "trajes de saliva" y otras lindezas.
Para la muerte existe un repertorio igualmente amplio, que va desde el "ha fallecido", el "no está con nosotros", hasta el disfémico "ha estirado la pata", "el fiambre" o el "ya está criando malvas en el patio de los callados".
Cuando llega la navidad, una pequeña figurita incide en el disfemismo coprofílico, el caganet.  De todas las posibles personas y momentos de aquella singular noche, los artesanos y el público en general gustan de presentar a este personaje en una de las posturas más oprobiosas en las que se puede pillar a un ser humano.  Hay algo infantil, irreverente y no sé si freudiano (Freud también dijo muchas tonterías) en hacer, comprar, mirar y adornar la casa con un hombre defecando a veinte centímetros del Mesías.  Será que, como se celebra el nacimiento de un niño, es normal que haya incontinencia de esfínteres y que resulten también incontenibles las ganas de reír por cualquier cosa.
El caganet libera estas fiestas del lastre excesivo de empalagosamiento, niños bien peinados, dulces cariantes, anagnórisis turroneras, mazapanes hiperglucémicos y demasiadas buenas voluntades.
El caganet y la botella de anís del mono.

1 comentario:

Vaira dijo...

Pues mira, no había visto yo al caganet de esa manera hasta ahora. Je, je, je. Menuda revelación.

Mi visión era puramente sarcástica y divertida que, aunque se parece a la tuya, desde luego, está menos completa.

Vamos a tenerle un especial cariño a este hombre, que bien se lo merece por tener "el culo al aire" en estas fechas :P

Besos.