Esta noche final de trabajo docente y administrativo, después de siete tardes de reuniones, informes, actas y boletines, he vuelto a mirar el cielo y allí estaban esperándome Sirius y Orión, tan tranquilos, tan ajenos a nuestros afanes y pequeñas circunstancias humanas. He cogido el móvil y sin más (sin telescopios, sin cálculos, sin paciencia), he sacado esta foto, apenas visible, pero muy relajante y significativa.
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