
Pero junto a este despropósito he encontrado una información igualmente valiosa y soprendente. Para evitar la censura que el gobierno ejerce sobre toda la red (no existen Facebook, Google, ni Twitter) el personal se dedica a usar parónimos y homófonos que sustituyen a los términos prohibidos que rastrean los sabuesos del partido. Por ejemplo, la palabra "cangrejo" (xie) suena parecida a "armonizar", que es el eufemismo que usa el gobierno para hablar de la censura. De modo que cuando alguien quiere buscar información en un buscador sobre censura en internet en China, lo que escribe es "cangrejo de río", como si estuviera haciendo un trabajo de Ciencia Naturales. La palabra "llama" (cao ni ma) suena muy parecido a uno de los peores insultos que se pueden decir en chino sobre la madre de alguien. Al parecer hay camisetas, peluches y canciones de estos simpáticos animalitos. Y la lista continúa con "gusanos intestinales", "gatos viajeros de la suerte", "ballenas de cola estirada", "gansos cantores" y mi preferido, que he escogido para dar título a esta entrada, "calamares francocroatas", homófonos de expresiones como "sexo anal", "compresa", "infección vaginal" o "masturbación".
Y es que el afán comunicador del ser humano es irrefrenable. Nada ni nadie puede impedir que nos comuniquemos y que hablemos de los tabúes que nos apetezcan, todo en nombre de la libertad o, si se quiere, del "neanderthal hiperactivo".
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