2.2.13

Budismo

El aeropuerto Charles de Gaulle se ha convertido en la librería en la que más compro, después de Amazon.  Estas navidades han caído varias revistas y algún libro.  Querría hablarles hoy de un número de GeoHistoire titulado Le bouddhisme.
Se abre con un reportaje fotográfico de gran calidad sobre lugares importantes o sagrados el budismo, como las ruinas de Kapilavastu (ciudad natal de Buda) o la pagoda de Rangoon.
Luego vienen algunas aproximaciones históricas a la figura del príncipe Sidharta y otros artículos explicando la doctrina budista, todo muy bien clarito y ordenado, como bien saben hacer los racionalistas franceses.  Del conjunto me han intersado, sobre todo, estas cosas:

1.- El recorrido del budismo: resulta que, contrariamente a lo que se pudiera pensar, el Tibet, hoy considerado una especie de Vaticano del budismo, fue uno de los países que más tarde lo acogió y llegó por mediación de una princesa china que fue casada con el rey del Tibet.  Es decir, que hizo un recorrido de ida y vuelta.  Además tuvo que luchar a brazo partido contra las prácticas chamánicas naturales de aquellas alturas.  Hasta un par de regicidios creo que hubo.  También resulta curioso el desarrollo fulgurante del budismo en la India, de donde prácticamente desapareció en poco tiempo, diluido en el marasmo de dioses, escuelas y gurús del hinduismo, del cual, en un principio no fue más que una secta más, como el cristianismo lo fue del judaísmo y el islam del cristianismo.

2.- El regreso del budismo a la India en el siglo XX de la mano de Bhimrao Ramji Ambedkar, un abogado que supo extraer de la enseñanza de Buda un instrumento para luchar por la igualdad y la dignidad de los más desfavorecidos en la tan estratificada, reglamentada y "castizada" sociedad India postcolonial.  Llegó a enfrentarse al mismísimo Gandhi, que, a pesar de toda su calva benevolencia, sus gafas y sus trajes autoconfeccionados, albergaba cierta concienca de la casta brahmánica a la que pertenecía por nacimiento.

3.- La deriva nacionalista y violenta de gran parte del clero zen en Japón durante la Segunda Guerra Mundial.  Una vez acabada la guerra, hubo un arrepentimiento colectivo, sincero y profundo por parte de las dos grandes escuelas del zen, Soto y Rinzai, pero el mal ya estaba hecho y la reputación cuasimística quedó dañada.  Desde los lejanos tiempos en que se mezcló con el bushido (el código de comportamiento de los samuráis medievales), el zen había sido considerada la corriente más abstracta, intelectual y desprendida de todas las que formaban el budismo mahayana (el que se practica en China y Japón).

En resumen, una revista de la que he aprendido un montón y que me ha llevado a lecturas de ampliación que, cuando las acabe, les comentaré, si es que le quedan ganas después de este rollo que les acabo de soltar.
Seguro que he perdido cien puntos en el cielo zen.

La revista en cuestión.

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