Oigo en la radio que cuando el Titanic se hundía, además de los famosos músicos que no pararon de tocar, había un grupo de trabajadores en las calderas que murieron allí acarreando paladas de negro combustible. Lo hicieron porque había que mantener el suministro eléctrico del barco el mayor tiempo posible para que el pasaje pudiera salir hacia los botes y para que el capitán pudiera seguir mandando mensajes de socorro. Se los conocía como la "brigada negra".
Cambien Titanic por España y carboneros por trabajadores (públicos o privados) y pensionistas y ya está: pocas palabras bastan.
--Que no cunda el pánico, que suene la música: los banqueros, asesores y consejeros, primero.
--Por cierto, ¿dónde está el capitán?
--Viendo un partido de fútbol en Polonia o Ucrania, depende.
--Avante a toda máquina y más allá de nuestras posibilidades. ¡Más carbón, que traigan más carbón de Asturias y León!
1 comentario:
Como dijo el poeta, "aliena verba":
"No acierto a comprender la sublevación de los vientos; que a babor rula rodando una ola y a estribor otra, y en el medio nosotros nos vemos arrastrados en nuestra negra nave, pasando mil pesares a cuenta del enorme temporal; el agua de pantoque llega hasta el pie del mástil; la vela toda, del todo transparente, que cuelgan de ella enormes jirones imponentes; se aflojan las anclas y el timón;
mis dos pies permanecen en los cordajes bien fijados
y es eso y sólo eso lo que puede salvarme.
La carga se ha soltado y a merced de las olas, fuera de borda va."
Alceo de Mitilene
"Al mal nacido Pítaco
de esta ciudad sin nervio y por los hados agobiada,
tirano le invistieron
tras colmarle de elogios todos juntos."
Alceo de Mitilene ( sin comentarios...)
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