9.9.12

Trabajo dominical

Sé que no es normal, ni generalizado, (ni decente, si me apuran) que un funcionario del sector de la educación vaya al trabajo un domingo, pero es posible.  Esta tarde unos cuantos compañeros de la directiva hemos tenido que ir a echar unas horas para solucionar problemas de organización sobrevenidos.  La escena se repetirá mañana y en los días sucesivos de esta semana negra en la que hay que echar a andar los centros a fuerza de salir a las dos de la madrugada o más.  Lo digo no para que sientan lástima de mí y de todos los jefes de estudio (sobre todo de centros grandes) que pasan por lo mismo, sino para que la opinión pública y muchos políticos sepan lo que pasa y no se ve, el trabajo callado de muchos policías que transitan calles desiertas al anochecer, el de los médicos de guardia o el de los profesores que tanto corrigen o preparan clases sábados, domingos y fiestas de guardar.  El funcionario no es solo ese señor calvo de Forges que pone los pies sobre la mesa y hace cursillos de dar palos al agua.
Para compensar el esfuerzo los dioses del azar han querido que, al llegar al aparcamiento del instituto, viniera a recibirme un pajarillo de colorines al que he conseguido hacerle una foto de lejos con el móvil (de ahí la falta de calidad).



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