15.1.12

Róbame con los ojos

Este verano paseábamos Keisuke y yo por la ciudad de Ise y, al pasar junto a unos pinos perfectamente podados, le pregunté sobre la enseñanza de la jardinería en Japón.  Me contó que no existen ciclos formativos ni escuelas específicas.  La ciencia o el arte se transmiten de manera personalizada y directa, a la manera del zen o de los viejos gremios de la Europa medieval.  El aprendiz acompaña al maestro y simplemente observa.  Al parecer, ni siquiera recibe instrucciones verbales, ni apuntes, ni hay pizarras digitales, ni libros, ni exámenes, ni, por supuesto, adaptaciones curriculares.  El maestro tan solo le dice, en palabras de Keisuke, "róbame con los ojos".
Cuando llegan los fines de semana, los puentes, las vacaciones, las pausas en general, gran parte del profesorado creo que tiene una íntima sensación de que está siendo abducido, succionado, devorado por sus alumnos y alumnas.  Cada vez que cuentas algo en clase dejas algo de ti en la explicación.  Algo de tu voz, algo de tu manera de pensar, de tu ideología, de tus gustos, de tu historia como persona encima de la faz de la tierra.  Y el personal que te mira desde sus bancas lo coge, lo mastica, lo deglute, lo hace suyo y lo convierte en su propio ser.
No ignoro que muchos de estos consumidores son anoréxicos del saber y que cierran sus bocas y sus ojos, como los monos de Nikko, y consideran que ya están satisfechos con lo que tienen (¿para qué quiero saber qué es el suplemento o qué es un aparato de Golgi?).  Es lo que los docentes llamamos, en momentos de impotencia y depresión, echar perlas a los cerdos.
Y a medida que pasa el tiempo, nos vamos desgastando de tanto dar y tanto repetir la donación. De modo que tenemos que seguir nutriéndonos de lecturas, cursos, enfoques y triquiñuelas para sentirnos de nuevo llenos y dispuestos a seguir en el tajo.
Por suerte hay alumnos/-as que nos aportan, en ocasiones, más de lo que les aportamos: un comentario perspicaz, un trabajo voluntario, un examen impecable, una mirada ingenua que destapa rancias convenciones académicas...
Tal que así es la educación: vacías tu bolsa para que siga la vida.

No hay comentarios: