17.4.13

Una horas en Corea (del sur, por supuesto)

Cuando hice escala en Seúl hace unas semanas tuve tiempo para contactar levemente con la cultura coreana.  A saber:

1.- Me comí un plato delicioso de arroz mezclado con salsas, verduras y alguna carne.  Lo tenía que aderezar yo mismo, pero cuando el camarero me vio la cara de guiri despistado, se acercó y lo hizo él muy amablemente. Estaba bastante rico y nutritivo, pero no se parece en casi nada al minimalismo y sutileza de la cocina japonesa.  Parecía una especie de paella picante y autogestionada.  Otro detalle es que usan una gran cuchara metálica y dos también metálicos y grandes palillos para ayudarse.


2.- Noté que las dependientas no permanecían mirando al frente esperando al menor gesto del cliente para atenderlo, como pasa en Japón, sino que estaban a lo suyo, chateando con el móvil.  Eran como españolas con cara de japonesa.

3.- Compré un par de libros (en inglés); uno sobre un poeta (después supe que cristiano) del que les hablaré otro día, cuando termine de leer (y comprender totalmente) sus poemas; y otro sobre Corea propiamente dicha (This is Corea, que aparece a la derecha de la bandeja de la foto de arriba).  En este último (que no terminé porque lo dejé en Japón) trata la historia, las costumbres, el idioma, etc. de forma muy didáctica y amena.  Lo más curioso (de lo que leí en el mismo aeropuerto) es que el sistema de escritura coreano es uno de los más fáciles de aprender del mundo, ya que fue mandado crear ad hoc por un rey allá por el siglo XV, para liberar al pueblo de la tortura (nunca mejor dicho) china de los ideogramas.  Por el contrario, el japonés es uno de los sistemas de escritura más de difíciles, con dos silabarios propios más lo ideogramas chinos, que se conocen como kanjis.  Como dije hace unas semanas en clase de japonés: con el tiempo que hemos tardado para medio leer en japonés hubiéramos aprendido a hablar ruso.

4.- La gente está mucho más enganchada a la tecnología, sobre todo a los móviles, que en Japón.  Supongo que sus vecinos insulares llevan ya más tiempo con esto y ya están un poco de vuelta de maquinitas.  No es que en Japón no las inventen, diseñen, construyan y usen, es que en Corea se notaba más la ilusión de la novedad, el furor del neófito.  Ah, y Samsung es Dios.  Hasta me daba cosa sacar el Iphone, no fuera ser que me dijeran algo.  Ya tenía preparada una frase relativa a que yo también tuve un Galaxy, pero no fue necesario usarla.

5.- Y sí, también andaba por allí el famoso PSY, pero en efigie.


6.- En una tienda/stand del gobierno había unos microespectáculos musicales muy interesantes.  Son unas melodías suaves, tristes y melifluas, parecidas a otras japonesas, que mi madre calificó como música "que da sueño".  Aquí les dejo unas fotos y un vídeo para que ustedes juzguen y den una cabezada si les apetece.








Y allá a su frente, Seúl.
Ah, y de misiles, ni rastro.

No hay comentarios: