Perdón por el equívoco intencionado. No voy a hablar de grandes películas, de clásicos, de películas profundas o de calidad, sino de las que vi en el avión de París a Seúl (y viceversa) a nueve mil metros de altitud:
La vida de Pi
Ya no recuerdo ni lo que me esperaba de esta película. Primero pensé que iba a ser mágica, luego creí que sería un pastiche y al final no es ninguna de las dos cosas.
Se trata de una cinta entretenida, con una buena fotografía, a veces demasiado afectada, que promete mucho en los preliminares de la historia propiamente dicha, en los que se abordan cuestiones filosóficas y religiosas de manera didáctica e interesante, pero que luego va desplazándose hacia lo fantástico sin llegar a sumergirse totalmente en lo inverosímil.
Si no son muy exigentes y tienen tiempo libre, pueden ir a verla. No tendrán la sensación de que los estén timando.
El lado bueno de las cosas
Con esta me pasó tanto de lo mismo. Creía que iba a ser una comedia ñoña, luego no lo parecía, pero al final no llegó a la profundidad que presumí cuando la película llevaba diez minutos. Una película aceptable, que no explora suficientemente el problema que aborda (bipolaridad) porque cae presa de las exigencias del público, merced a una historia de amor más o menos previsible.
Django Unchained
Cada día que pasa este señor me recuerda más a Almodóvar, es decir, un director que puede hacer cosas divertidísimas, bien contadas, profundas a ratos, pero que cuando menos te lo espera, se instala en el kitsch y de ahí no hay quien los saque. Tras los magistrales Reservoir Dogs, Pulp Fiction y, en mi opinión, que no la de todos, lo sé, Jackie Brown, Tarantino ingresó en el terreno de lo, por lo menos, discutible. A la casi parodia en dos entregas del cine de mascadas y puñetazos orientaloides se suma ahora esta del spaghetti western. No digo que no haya tres o cuatro momentos graciosos, un par de personajes de gran ingenio, que no calado, pero de ahí a tragarse no sé cuántas horas (y mira que no tenía nada mejor que hacer) de venganzas infinitas y tiroteos pantraguélicos, sazonados con infinidad de primeros planos de amartillamiento de gatillos, hay un abismo.
Me da la impresión de que a Tarantino le interesa más el hecho de contar por contar y divertirse él que la trama, la coherencia, la verosimilitud y, por supuesto, el mensaje. Es una opción como cualquier otra, pero a mí no me interesa.
4 Notas matizadoras:
1.- Actores: Muy bueno Samuel L. Jackson haciendo de negro vil y servil; convincente Di Caprio (veremos cómo queda con respecto a Redford en la versión de El gran Gatsby; será su prueba de fuego). Una oreja para Christophe Waltz.
2.- Paranoia de profesor: me pareció que la primera escena de la liberación de los presos se parecía un poco a la del Quijote, mezclada con el encuentro nocturno de otro capítulo del mesmo libro. No me hagan caso, quizá era el efecto de la altura en mis presurizadas neuronas.
3.- La vi en italiano que, pensé, es el lenguaje más adecuado para un spaghetti western, con subtítulos en coreano. Esto hizo que en algunos momentos se usaran algunas palabras que me recordaban más aún al Quijote, pero, como les digo, no me hagan mucho caso con esta teoría loca de Cervantes y Tarantino.
4.- Lo mejor de la película, la escena de los miembros del Ku Klux Klan que no veían tres en un burro con las caperuzas blancas que les habían cosido sus mujeres.
Won´t back down:
A muchos les traerá sin cuidado esta historia, pero a los docentes le parecerá interesante. Plantea un dilema que, en principio, es ajeno a la estructura del sistema educativo español, pero que quizá toca unas fibras interesantes. El asunto es que una madre combativa, tipo Erin Brockovich, quiere cambiar la didáctica y el funcionamiento de un colegio de Pennsylvania para que su hija reciba educación especial por dislexia. Y he aquí que choca contra el inmovilismo de la burocracia y de los sindicatos de profesores. Mis colegas seguro que ya están empezando a interesarse más por lo que estoy contando, pero el resto de los lectores ya estará cliqueando para salir de este blog.
La dicotomía calidad/sindicatos no se da en España en el caso de los dos grandes (CCOO y UGT), pero en el resto sí, ya que está poniéndola en cuestión de manera sistemática e injustificada. Pues deben saber que en esta película son los malos.
Por lo demás está bien interpretada y contada, de manera efectiva, sin salirse casi nada (un par de besos y algún enamoriscamiento) de su objetivo de denuncia. En resumen, la mejor de las que vi a aquellas alturas.
(Ignoro si esta película se ha estrenado en España. Tampoco recuerdo si la vi en inglés o en español hispanoamericano)
NOTA FINAL: Anoche una persona altamente fiable me recomendó que viera Searching for Sugar Man. A ver si termino de deshacer maletas y puedo llegarme un día de estos.
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