Esa fue la repuesta que dio Woody Allen en una entrevista a la pregunta:
--¿Qué opina usted de la muerte?
--No estoy de acuerdo.
Nadie me lo ha preguntado, pero lo digo. No estoy de acuerdo con la muerte de José Luis Sampedro. Antes deberían/mos morirse/nos muchos otros que o no hacen nada por cambiar lo que está mal o contribuyen a empeorarlo.
He de confesar que no fui un gran seguidor de su obra literaria (La sonrisa etrusca y algo más, no lo recuerdo, la verdad), pero sí me pareció un valiente pensador contemporáneo, sin las ínfulas iniciáticas de los filósofos. Es lo que pasa a veces cuando al gente se dedica a lo que no es lo suyo, que acaba abriendo puertas, cerrando conventículos y desbrozando la paja lastrante y academicista. Un amigo profesor de lengua me contó una vez que nunca había explicado tan bien como cuando le tocó dar clase de historia contemporánea.
algunas de sus ideas:
Ojalá exista la reencarnación acelerada y exista ya otro Sampedro pululando por las aulas de la universidad o, por lo menos, de los institutos, que no nos va a dar tiempo a muchos a disfrutarlo.
Les dejo con algunas de sus ideas:
- "No hemos aprendido a vivir como humanidad. La humanidad está por hacer".
- "Nos gobiernan a través del miedo".
- "Lo monstruoso es que no hay duda de que la crisis empezó por el abuso de los financieros. Se pillaron los dedos y ahora quieren recapitalizar la banca estrujando a la gente. No les importa privar a los pueblos de dinero que podrían aplicar para sus obras, o perjudicar a la educación pública que da oportunidades a la gente. No les importa que se privaticen bienes nacionales para que les paguen a ellos, no. Ellos quieren cobrar".
" El mercado está en manos de los poderosos. Dicen que el mercado es la libertad, pero a mí me gustaría saber qué libertad tiene en el mercado quien va sin un céntimo. Cuando se habla de la libertad hay que preguntarse inmediatamente: ¿la libertad de quién?"
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