Andamos ahora en clase de Literatura Universal hablando de la lírica griega (antigua). De por entonces son tres grandes: Anacreonte, Safo y Píndaro. Este último se dedicaba a los himnos, es decir, a poemas que se cantaban a coro o al unísono. Y desde ahí enlazamos con el teatro, que empezó como un coro al que le salió un enteradillo (el hipocrites o actor), el cual dio un paso al frente y regresó de nuevo a la individualidad, que se enfrenta a la colectividad. He aquí la (como dirían Hegel y Marx) dialéctica del ser humano, fluctuando entre su propio ser y su ser-con-los-demás.
La historia está llena de extremismos que desaconsejan el abuso del colectivismo a ultranza y del salvaje sálvesequienpueda.
Con los medios que hay ahora mismo a nuestro alcance cualquiera en su casa puede grabar y editar un disco (yo lo he hecho con más pena que gloria), pero nada es comparable con el hecho de compartir con otros (los que están sobre el escenario y los que permanecen ante él) la magia de hacer, crear, interpretar música.
La semana pasada me reuní con mi cantante doméstico preferido, Eduardo Retamero, alias El Comentador de Ocaña, y grabamos algunos temas de manera más o menos provisional y cutre. Queremos seguir adelante en el marco del grupo poético-musical "A estas alturas" y dar un conciertillo en alguna parte con motivo de algún evento real o inventado ad hoc. Ya veremos si fragua o no, pero lo que buscamos es una excusa para volver al coro, a la tribu, a sentir que formamos parte de alguna red y que no somos cabos sueltos en una guerra si cuartel.
Aquí les ofrezco en primicia uno de esos temas que lleva por título provisional "A qué viene ese griterío". Letra, música, voz y guitarra: Eduardo Retamero. Edición, bajo, percusión y teclados: un servidor.
ENLACE: "A qué viene ese griterío"
http://www.goear.com/listen/a04e920/a-que-viene-ese-griterio-eduardo-retamero-y-angel-montilla
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