10.12.12

Indignación, renovación


Es un arte parecido al de la pesca el de encontrar joyas en el piélago de la infoxicación televisiva.  Esta noche ha habido suerte.  Espero que hayan visto ustedes el programa que acabo de ver, en el que el señor Jordi Évole ha dado un giro al tema de la crítica social.  Ha matado al follonero y ha creado al partero.
En un reportaje (creo que re-difundido) ha hablado de la gente que para salir de la crisis está apostando por hacer cosas que no son pancartas ni eslóganes, necesarios por otro lado, como lo son el mismo programa Salvados en sí o este humilde blog.
Un partido de vecinos que habla como/con la gente y que ha suprimido prebendas y privilegios en Torrelodones, (donde está el casino del que echaron a Sabina), un psicólogo que gana millones contratando trabajadores discapacitados y una banca ética, que explica en qué invierte el dinero y lo hace en cultura y proyectos sociales.
Es el tertium exclusum del que hablaba Aristóteles, el absurdo, el imposible, aquello de lo que se ríen desde sus mullidos sillones los grandes teóricos del mercado y la política; pero es.  Se ha hablado de etiquetar empresas con etiqueta de colorines éticos (sacarles los colores diríamos más castizamente), lo mismo que se hace con la idoneidad energética de las lavadoras. Se ha hablado de reinvertir en ayudas y ocio para los trabajadores.
Se ha hablado, en fin, de cambio, pero no de que cambien los otros, sino de cambiar todos y cada uno de nosotros, idea muy budista, por cierto (¿es una casualidad que hubiera una estatua budista en el despacho de la alcaldesa de Torrelodones?).
Ya sabemos que muchos políticos y casi todos los banqueros son unos... (rellenen ustedes el espacio en blanco, como en un ejercicio de inglés), ya sabemos que nos han robado y que tendrían que devolver lo que les prestemos, ya sabemos que se han inculcado y se siguen inculcando nuestros derechos.  No olvidamos nada de esto, pero ya está llegando la hora de remangarse, de coger el pasado por los cuernos, de mojarse las posaderas para tener derecho a peces...
Remedando aquella vieja frase atribuida a Winston Churchill, podríamos decir:
--No te preguntes qué puede hacer Merkel por ti, pregúntate qué puedes hacer tú para que Merkel no tenga que hacer nada por ti.
Es un idea que ha rondado muchas otras que ido vertiendo estos años por aquí.  Albergo la esperanza de que esta crisis sirva para desmontar para siempre las suficientes ideas preconcebidas, como para que este país acabe siendo lo que nunca ha sido hasta ahora.

          "...hombres de España, ni el pasado ha muerto;
          ni está el mañana --ni el ayer-- escrito"

                     Antonio Machado

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