1.10.12

Comprender, justificar

La familia de Pascual Duarte, Tomás Gayo producciones.
Ayer asistí a una versión teatral de la famosa y recia novela de Cela, el recio y famoso escritor laureado y procaz, que tantas adhesiones y repulsiones provocó tanto en vida como post mortem.
Los actores anduvieron bastante bien, con fuerza dramática y creíbles, salvo en el acento demasiado estándar y en unos kilos de más que lucían algunos actores, inadecuados para la famélica posguerra española.
Siempre es un mérito subir una novela a las tablas, con tantos personajes y tantas descripciones, pero la versión de Tomás Gayo, recientemente fallecido, es más que aceptable y logra mantener la tensión y el interés, a pesar de que el 95% del público conocía todas la muertes anunciadas.
Desde las primeras palabras que pronuncia Pascual al inicio de su confesión, queda claro que la cosa va de ética y moralidad: "Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo".  No sé si en otra ocasión he hablado de la pirueta semántica que supone diferenciar la comprensión de la justificación.  Uno puede comprender que el mundo árabe esté cabreado con Occidente tras doscientos años (o más) de colonialismo, ocupaciones, expulsiones de territorios y cruzadas.  Pero uno no puede justificar que un joven entre en un café y se autoinmole para llevarse por delante a cuantos pille en el sitio.
Muchos piensan que la explicación es el camino irreversible hacia la justificación.  Suerte que el pensamiento y el comportamiento humanos están llenos de matices y recovecos, aunque sea más fácil optar por las ideas simplistas y maximalistas.
En mi trabajo se me presentan a diario situaciones de este tipo: "yo le he pegado porque él me ha pegado".  Mi respuesta siempre es la misma: "sí, te ha pegado, pero tú no tienes que pegarle".  Si por el contrario replicara: "no, no te ha pegado y tú eres un joven díscolo y demente, que pega sin causa ni razón (que diría Garcilaso)", ¿sería más efectivo para atajar la violencia escolar o causaría un enojo mayor en el agresor y provocaría más ira, más sinrazón y más violencia?

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