17.2.10

Dos reflexiones

1.- Después de tanta lluvia hemos descubierto algo sorprendente: las carreteras son blancas. Tanta suciedad de los neumáticos y de los humos nos hizo creer que eran grises oscuras o claras, pero en realidad son casi blancas. Nada como una buena catástrofe para renovar el mundo.

2.- En una minirreunión de profesores tenemos que decidir qué película poner para la semana cultural. Vamos desechando títulos porque pensamos que los jóvenes no van a soportar planos de más de un minuto. Llegamos a la conclusión de que el espectador occidental, es decir, el ser humano occidental, no está preparado para la contemplación, sino para la acción, la interacción, el movimiento, el cambio... Luego he pensado que esto quizá sea un reflejo de la sociedad individualista, activa y productiva. El individualismo va en contra de estar en un cine con otros individuos, en plan gregario. El hiperactivismo y el productivismo (cursos, concursos, blogs, opiniones por sms en televisión...) van en contra de la pasividad improductiva del espectáculo cinematográfico. ¿Qué gana hoy en día nadie viendo una puesta de sol? ¿Tiene algo que hacer o decir al respecto?
En las clases también notamos esa tendencia a la hiperactividad. Se explica algo e inmediatamente hay que hacer algo con eso (ejercicios, redacciones, resúmenes, esquemas). No es suficiente con oír algo que no se había oído, con aprender. No digo que esto sea bueno ni malo, ni todo lo contrario. Es, simplemente, lo que hay.
NOTA: También hay alumnos que no hacen nada, ni piensan hacerlo. Son los nihilistas objetores del sistema que, no es que no quieran hacerlo, es que no quieren hacer eso que les proponemos.

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