Chupito por pelo

Vamos a almorzar a un restaurante/bar en un gran centro comercial, de esos que parecen una ciudad de cartón. Pedimos una tapa de tortilla. Debajo del triángulo isósceles de patata, huevo y más cosas de distintos sabores y colores, hay un pelo. La devolvemos. Ni una mísera disculpa. Al pagar nos aclara el camarero que no ha cobrado la tapa de tortilla hirsuta. A cambio nos ofrece unos chupitos a cuenta de la casa. ¿Hubiera pagado este señor la multa que me habría puesto la Benemérita en caso de que me parara y me hiciera soplar?

Viva la tortilla española, y olé.