18.9.11

Serendipia poético-ferroviaria

Juro que o es una casualidad o es un olvido. Probablemente lo último. (Re)descubrí este poema en el tren bala (shinkansen) desde Sendai a Tokio, a la altura de Fukushima. ¿Serendipia inducida por el cesio 137?

Que pudiéramos morir

como en primavera

las flores de cerezo

puras y brillantes.


Matsuo Basho (1644-1694)


CONSEJO VITAL


Como a estas alturas

comienza ya a preocuparte

el otrora tan lejano, tan ajeno asunto,

me regalo y te regalo un buen consejo:

procura morir en primavera.


Que el último día de tu existencia

amanezca adornado

por fragancias y brisas tibias.


Que en tu entierro

luzca un sol tibio y amable,

que una orquestina de grillos

marque el paso de tus deudos

entre arriates recién regados.


Que abejorros desvergonzados

zumben bajo las pamelas

de tu antiguas amantes.


Que ninguna tormenta

sacuda los corazones más o menos contritos,

que ninguna niebla,

ninguna nevada

impida el acceso al camposanto

de los coches recién adquiridos de tus viejos amigos.


Que la noche que te velen

huela a espliego y mejorana,

y los dolientes desempolven

consabidas consignas consolatorias,

mientras las salamanquesas

esperan junto a las farolas a la incauta polilla.


Aunque a esas alturas

poco te incumba a ti

tu propia muerte y sus aledaños,

procura morir en primavera.

Así tu ausencia será más leve

entre tanta vida.


Ángel Montilla

(1965-?), A estas alturas.

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