Con motivo de una plaga que azotó la ciudad de Kioto en el año 869, el emperador Seiwa ordenó que se rezara al dios del santuario sintoísta de Yasaka, Susanoo-no-mikoto, responsable del mar y las tormentas. En el año 970 se institucionalizó la petición y con el tiempo dio origen al festival de Gion Matsuri, que se celebra en Kioto durante el mes de julio.
En la actualidad es una de los matsuri más importantes de Japón y cuenta con muchos eventos a lo largo del mes. Pero lo más importante es el ambiente que hay en las grandes avenidas del centro, repletas de autóctonos y foráneos que van a visitar las carrozas hoko (grandes) y yama(pequeñas). Las cofradías permiten acceder al interior de la carroza pagando una entrada. La música asociada a estas fiestas consiste en una flauta de dos o tres notas muy agudas y percusión metálica. Ahí van unas fotos de un par de tardes que bajamos a hacer el turista.
De pronto apareció un grupo de maikos y geishas y se armó un revuelo de cámaras.
Pasadizo de entrada a una de las carrozas.
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