1.3.13

Solo para frikis (y/o) escritores

Por razones más o menos azarosas (o sea, que apenas son razones), he sacado de las estanterías Ejercicios de estilo de Raymond Queneau.  Para quien no lo conozca, se trata de un relato de menos de una página en el que el protagonista pasea anodinamente por París.  Lo curioso del asunto es que dicho relato se repite ¡99 veces! con diversos estilos narrativos y lingüísticos.  Así, por ejemplo, se narra en estilo vulgar, en estilo pasota (que son distintos), en estilo filosófico, en el de una carta oficial, hacia atrás, en forma de oda, como un tanka japonés, en estilo de telegrama, en latín macarrónico, con forma de soneto... Una fuente inagotable para escritores y profesores de lengua y literatura, para logofílicos en fin.
El resto de la obra de Queneau lo conozco por referencias, pero me he propuesto hacerme con ella y empezar a explorar a este surrealista que intentó hacer una enciclopedia de las ciencias inexactas, recopilando disparates de hombres de ciencias a lo largo de la historia, y que escribió una autobiografía en verso.  En 1960 fundó junto con François le Lionnais "Oulipo" (taller de literatura potencial), que proponía aplicar procedimientos aritméticos, matemáticos e informáticos a la creación de obras literarias, sobrepasando las convenciones tradicionales de inspiración, métrica, capítulos o unidades aristotélicas del teatro.  Algunas de las técnicas que crearon se aplican en talleres de creación literaria y clases de lengua.  Una de las más conocidas es la llamada S+7.  Se coge un texto dado y se sustituye cada sustantivo por el séptimo que aparezca en el diccionario a partir del que se sustituya.  El principio de esta entrada que está usted leyendo quedaría de esta guisa:

"Por reajustes más o menos azarosos (o sea, que apenas son reajustes), he sacado de las estatalizaciones Eslatómetros de estímulo de Raymond Queneau.  Para quien no lo conozca, se trata de un relicario de menos de un pairo en el que la prótesis pasea anodinamente por París".

Sentido no tiene, pero gracia o capacidad de sugerencia no le pueden negar a eso de que una prótesis se pasee anodinamente por París.  Y esto conecta con algunas de las técnicas aplicables a la vida real que explica Edward de Bono en Creatividad.

Raymond Queneau en un fotomatón.

No hay comentarios: