12.5.10

Útiles, inútiles, listos y graciosos

La cosa va más o menos así. Unos individuos e individuas ignotos y más o menos anónimos se lucran, se compran yates y sesiones de SPA dando créditos a insolventes felices. La bolsa (o el saco) se rompe a causa de esa avaricia. Luego va el gobierno y le baja el sueldo un 5% a los funcionarios, que, como dicen tantos y tantos graciosos, somos unos inútiles (Forges se ha encargado de recordárselo a la opinión pública) y por eso vamos a pagar el pato roto de la crisis. Nada más saberse la noticia, los especuladores de la antes rota bolsa, que son muy listos, empiezan a forrarse a nuestra costa. Así pues, los funcionarios que funcionan, que son muchos más de los que la gente piensa, que se juegan la vida atrapando ladrones a tiros, apagando fuegos, bregando con pacientes que los golpean, con jóvenes que los insultan, pasan a ser utilísimos. Y fueron felices y comieron dividendos.

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