9.3.09

Y seguimos con las caras

Ahora le toca al careto de Shakespeare. Acostumbrados a ese famoso, blanquinegro y un poco peroide (recordemos que Shakespeare significa algo así como "menea o agita la pera") retrato, don Guillermo, nos sorprende una tal familia Cobbe con un cuadro de un tío más o menos guapo que dicen que es el dramaturgo de marras. Cualquiera sabe. A ver si por fin vamos cambiando las ilustraciones de los libros de texto, que dan un grima espantosa. Yo suelo empezar mis explicaciones sobre un tema analizando pormenorizadamente las fotos e ilustraciones. Soy consciente de que para nuestros imaginófilos alumnos y alumnas una imagen vale más que mil palabras, sobre todo si están en castellano antiguo. Así que, me uno al enemigo y empiezo a despotricar de las caras de viejos, feos y extraños que tienen don Francisco de Quevedo, don Luis de Góngora y otros. Captatio benevolentiae llamaban a eso los romanos, quienes luego, ya se sabe, crucificaban al más pintado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y yo que me había acostumbrado. Aunque ciertamente este tiene más cara de pera.