Muchos saben que Fina, mi mujer, está ahora mismo en Japón. Ha ido a trabajar hace unas semanas y para eso se va a quedar allí. Pensar en dejar el país ahora mismo supondría un acto de insolidaridad, impropio de su manera de ser y del amor y agradecimiento que siente por esa tierra. Y yo la apoyo.
Cuando salí hace unos días del aeropuerto de Kansai no tenía una idea exacta de la magnitud de la tragedia ni tenía información sobre el posterior problema de Fukushima. No me quedé porque quise hacer como los japoneses y acudir al lugar donde están mis obligaciones, que por suerte para mí, está tan lejos de radiaciones y tsunamis.
En diversos correos y conversaciones ella me está pidiendo que explique que los medios están magnificándolo todo y que las televisiones japonesas resultan menos estresantes que las occidentales. En Kioto, Osaka, Tokio, Hiroshima, Yokohama y otras muchas ciudades la vida sigue con pocas alteraciones. Hoy, por ejemplo, ha ido a comprar arroz y no había.
Es sumamente importante para ellos no perder la calma. Dejarse llevar por compras compulsivas, histerias colectivas, gritos y alaridos no va a solucionar ni la reconstrucción y recuperación de cuerpos, ni el control de las fugas radiactivas.
No quiero saber qué tajada está sacando quién en este asunto. Por lo pronto ayer vi un anuncio de una compañía telefónica española proponiendo sms para ayudar a las víctimas. ¿Se quedarán con algún porcentaje de lo que cobran? Pero qué solidarios son con los lejanos y qué herméticos (manténgase a la espera, pulse 1, todos nuestros operadores están ocupados) con los clientes.
Está nevando en Kioto.
La nieve blanca
cubre la blanca arena
de Rioanji.
Vaya, me ha salido un haiku.
NOTA: No, yo no estoy allí y mucho menos en mangas cortas. La foto es de agosto de 2008.
3 comentarios:
Gracias por tu calma y por tu apoyo. Sé que la actitud y el corazón de este pueblo podrá con todas las adversidades.
Hace tiempo que no veo a Fina y probablemente no se acuerde ya de mí, salvo que le des explicaciones; pero cuando te comuniques con ella mándale un beso de mi parte, porque desde que sé que está en Japón no pasa un minuto que no me acuerde de ella y, por supuesto de ti.
Juanmi.
Yo he recibido uno de esos SMS. Concretamente ponía:
Movistar: Tu puedes ayudar a los damnificados de Japón. Envia JAPON al 28077. Todos los ingresos seran para Cruz Roja. Coste 1.2 e/sms."
A veces no se sabe qué hacer, pues, aunque pueda ser una insignificancia económica, uno ya se ha hecho un resabiado con estas cosas.
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