29.3.11

Dos locos, dos destinos


Uno es un loco inglés, disfrazado de danés. El otro es un loco manchego, como el queso.

Uno es un personaje de un drama, escrito por William Shakespeare. El otro es el protagonista de la novela más importante de la historia, escrita por un soldado herido y recaudador de impuestos.

Hamlet es la duda del hombre que, ante las injusticias de la vida, no sabe si actuar para combatirlas o hacerse el loco y dejar el mundo correr. Alonso Quijano actúa sin pensárselo, aun cuando las situaciones no sean tan flagrantemente injustas como las de la familia Hamlet.

El español lucha contra bellacos inventados, el inglés duda ante injusticias casi seguras (ese Claudio casándose con su cuñada y poniéndose la corona...).

Cuando llegó el Romanticismo, Europa entera envidió la irracionalidad justiciera y apasionada de España. Y España envidió la tranquilidad y la reserva inglesas, que les sirvió para avanzar en la industrialización y la democracia.

"Ser o no ser" dijo Hamlet a la calavera del bufón Yorick. "Yo sé quién soy", dijo don Quijote a un vecino que se lo encontró tirado en el campo.

La duda, la certeza, la razón, la locura, la acción, la precaución...

Y así nos fue a cada uno.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno. Ánimo.