11.8.10

El abuelo de los blogueros


Cuando dentro de cien o doscientos años (o meses) alguien escriba la historia del blog, tendrá que reconocer que uno de sus padres o abuelos es el antipedante humanista francés Michel de Montaigne, inventor del concepto y el término "ensayo". Parece ser que este buen señor tenía ascendientes judíos en el reino de Aragón, lo cual lo acerca más si cabe a mi humilde persona, toda vez que, según se ve en los frescos del trascoro de la catedral de Tarragona, yo también los tuve por aquellos tiempo y tierras.
El DRAE define el ensayo como un escrito "en el cual un autor desarrolla sus ideas sin necesidad de mostrar el aparato erudito". También apuesta por el desorden, que es síntoma de la naturalidad y sinceridad de sus pensamientos. Si los hubiera ordenado según algún criterio (tema, historia, importancia...) habría parecido todo falso y artificial. Así pues, podemos considerar los ensayos de Montaigne un anticipo (débil, pero premonitorio) del psicoanálisis, del monólogo interior y de la escritura automática surrealista.
He aquí algunos fragmentos que he capturado en la lectura:
-Autodestrucción antipublicitaria: "Así, lector, sabe que yo mismo soy el contenido de mi libro, lo cual no es razón para que emplees tu vagar en un asunto tan frívolo y baladí."
-Momento zen: "No estamos nunca concentrados en nosotros mismos, siempre permanecemos más allá: el temor, el deseo, la esperanza nos empujan hacia lo venidero y nos alejan de la consideración de las cosas actuales, para llevarnos a reflexionar sobre lo que acontecerá, a veces hasta después de nuestra vida."
-Reflexión autoanalítica: "mi espíritu ocioso engendra tantas quimeras, tantos monstruos fantásticos, sin darse tregua ni reposo, sin orden ni concierto, que para poder contemplar a mi gusto la ineptitud y singularidad de los mismos, he comenzado a ponerlos por escrito, esperando con el tiempo que se avergüence al contemplar imaginaciones tales."
-El poder de la palabra: "No somos hombres ni estamos ligados los unos a los otros más que por la palabra."
-Sobre el poder destructivo de la memoria y la erudición (intuición de "Funes el memorioso"): "mi discurso tampoco es muy extenso ni dilatado, pues sólo merced a la memoria se almacenan las especies que el juicio no procura (...) Es cosa lamentable, yo lo veo por algunos de mis amigos, a medida que la memoria les representa el caso de que hablan por todas sus fases, retroceden en su narración, cargándola con tan inútiles detalles, que si lo que refieren es interesante, ahogan todo el interés."
Así que, para que ustedes sigan siendo amigos y amigas de este blog, corto el rollo, que dicen en mi barrio.
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P.S.: Me acabo de acordar de un texto de Borges que trata el famoso tema del caos aparente, del desorden que oculta un orden. Supongo que a Taleb le hará mucha gracia.
"Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años puebla un espacio con imágenes de provincia, de reinos, de montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces, de habitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos y de personas. Poco antes de morir, descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara."
J. L. Borges, El hacedor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo melaleío tó y nomanteraó de ná.

El comentador de Ocaña, un poco denso