Estoy muy contento porque parece ser que mis alumnos han dado en el clavo en el examen de Selectividad de Literatura Universal. Les ha tocado escoger entre el apasionado, enamoradizo, reflexivo y suicida Werther y el semiautista, asperger e inconformista Holden de El guardián entre el centeno. A los dos los hemos tratado a fondo en clase, sobre todo al neoyorquino, porque sospechaba yo que los constructores de exámenes lo iban a colar a cuento de la reciente muerte del autor. Además han podido utilizar sus conocimientos para comentar aspectos del examen de Lengua, donde salían Borges y Swift.
Para rematar el asunto, va Enric González y explica la derrota de España ante Suiza con el Ulises de Joyce. http://blogs.elpais.com/dibuje-maestro/2010/06/el-dia-de-bloom.html
Parece que para algo van a servir estos nueve meses que nos hemos tirado hablando y leyendo textos interesantísimos desde Gilgamesh hasta Murakami.
P.S.: Además ha caído un fragmento de El guardián entre el centeno que habíamos comentado en clase, una conversación sobre Romeo y Julieta que tiene el protagonista con unas monjas.
1 comentario:
La verdad es que al leer el examen se me vino a la cabeza (sibilas, oráculo de Delfos… la bruja Lola incluso) el fragmento tal y como lo habíamos hablado en clase, aunque me gustaría saber lo que habrán llegado a poner sobre él. El fragmento de Werther para mi gusto muy mal escogido, hubiera sido mejor algunas de esas reflexiones moralistas o ecologistas, no el amor (que aparece por “pantalones” SIEMPRE de transfondo…incluso el mismo enunciado te decía de que debías hacer el comentario). Ya se que es un poco extraño que lo diga pero deberían empezar a pensar que los jóvenes no somos solo únicamente crios que se vuelven locos con las historias de amor como “Crepúsculo” sino que también podemos (o eso espero) hacer buenos mini-ensayos sobre CUALQUIER tema y si no es así que eliminen selectividad para evitar disgustos. Aquí lo dejo, que siempre termino desviándome por mis tendencias “rebeldes”.
Sobre el curso de este año quizás el más asfixiante que pueda tener en mi vida
pero también el más interesante hasta el momento. Las clases de Historia del Arte junto a las de Literatura eran lo mejor del día. Este sentimiento supongo que no será individual ya que todos mis compañeros estaban deseando llegar a clase para ver de que hablábamos que película íbamos a comentar, etc y después algunos se quedaban “pillados” y repetían sin previo aviso frases como: - Amanece que no es poco, eh Alba (a modo de saludo), me cambian el nombre por Mary Shelley o incluso cojeaban en pésimas imitaciones a Lord Byron
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