...Y vuelve la noria al mismo lugar común de las prendas de las mujeres musulmanas. Qué obsesión más sintomática ésta de centrarse en vetar determinadas cosas a determinadas gentes. Además en el país del todo-vale, donde se insulta a destajo, se vocifera, mancha, mancilla y vilipendia sin ton ni son, donde el más tonto se salta un semáforo, se mea en la calle o enseña las ubres, defrauda a hacienda, prevarica, sisa y/o extorsiona.
Dicen por ahí que hay más edictos y ordenanzas contra el burka que burkas en España. Existe un tropel de leyes que regulan las relaciones entre los ciudadanos, pero al parecer son insuficientes y hay que puntualizar en el caso de estas telas faciales o capitales.
La noria de las prohibiciones está hundiendo sus arcaduces o cangilones en el río revuelto de los votos femeninos-feministas y de los conservadores más o menos xenófobos. Esperemos que la aguas vuelvan a sus respectivos cauces.
NOTA: El principio de este artículo "...Y" lo he copiado vilmente del famosísimo poema de Juan Ramón Jiménez titulado "El viaje definitivo".
1 comentario:
Tú has copiado la Y del poema y yo le he puesto música al poema completo. Cuando la tenga grabada te la envío.
El Comentador de Ocaña
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