5.8.12

Un robo

Prometeo era un titán que les robó el fuego a los dioses y Prometheus (de Ridley Scott) es una película que me acaba de robar siete euros. Bueno, dejémoslos en cuatro, porque no es lo que se dice un bodrio integral, pero sí lo suficientemente inverosímil y previsible como para sentirme levemente estafado.  Uno va a ver películas de ciencia ficción para evadirse y sorprenderse con realidades alternativas, pero cuando en los tráilers y reseñas ya te han contado tres cuartas partes del argumento y empiezas a ver escenitas de persecuciones en las que el bueno se salva en el último metro, pues resulta todo tan consabido que no queda lugar para la sorpresa y la maravilla.
Por supuesto que hay dos o tres momentos buenos, incluso guiños a Mars attacks y, por supuesto, a Alien (de la que se dice que es una "precuela" (menudo monstruo se ha colado en la nave de nuestra lengua)) y 2001, una odisea del espacio, en los aspectos estéticos, pero al final queda un cierto regusto a timo-ficción.  
El final abierto es una amenaza de segunda parte, la cual, como ustedes comprenderán, me abstendré de ver aunque se titule Furia de titanes o Alien versus tedium.


Atlas observa. mientras aguanta el mundo y una serpiente le pica en un riñón,
cómo el águila le devora el hígado al ladronzuelo de Prometeo.
Sello griego de 4,5 dracmas, que no sé cuántos euros serían entonces,
antes de que pasara lo que pasó.

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