9.8.09

Deporte, salud y cultura

¿Cuántos van ya?
Ayer fue el capitán del Español de Barcelona. Estaba en la habitación de un hotel en Florencia con el equipo, hablando con la novia y de pronto, zas, asistolia irrecuperable y se acabó. ¿Dónde terminan las casualidades? No es el primer futbolista/deportista que cae fulminantemente a veces en vivo y en directo. A ver si alguna universidad americana hace alguno de esos estudios estúpidos que no sirven para nada (los pelos del cogote crecen 1,5 veces más rápido que los de las axilas) y averigua qué está pasando con la dieta, con la vida, con las medicinas o con lo que sea de estos muchachos.
El deporte no es la actividad más sana ni moral que puede realizar el ser humano: luxaciones de tenistas, meniscos y ventrículos de futbolistas, cráneos de ciclistas y pilotos de F1... lo certifican. Y otro día hablaremos de los oscuros entresijos inmobiliarios de los clubes, del merchandising, de la acaparación de espacios/tiempos (in)formativos, del tráfico de sustancias dopantes, de culturistas desinflados, boxeadores sonados, peleas, aplastamientos y avalanchas en las gradas, bengalas en el pecho de los aficionados, navajazos letales entre hinchas, fomento del nacionalismo, regionalismo, provincianismo, barrismo...


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