Somos muchos los docentes que dudamos. Dudamos de que estemos enseñando lo que debiéramos. Dudamos de que lo estemos haciendo como corresponde. Por último dudamos de que estemos preguntando lo correcto (en cantidad y calidad) para saber si el qué y el cómo (de los que dudábamos) han servido para algo, han superado la epidermis craneal y el cráneo mismo para instalarse al menos provisionalmente en la psique o intelecto de nuestro alumnado. Para disipar esta última duda en países como Holanda hay miles de personas pensando por nosotros. Aquí no, aquí no nos cabe la menor duda de que los expertos en evaluación son unos desertores de la tiza. Vaya usted a saber.
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Examenes/examen/elpepusoc/20090506elpepisoc_1/Tes
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