10.5.09

La verdaderamente noche en blanco


Todo consisitió en dar vueltas bajo la lluvia, buscar refugio en los bares y observar atónitos las colas para entrar en los monumentos "en los que nunca nadie entra" y en los teatros en los que, previsiblemente, entraremos asiduamente a partir de ahora.  Sólo se salvó el espectáculo de "Los perros flauta" a las puertas del mismísimo Cristo de la Buena Muerte.  Hasta un verdadero indigente se coló y happenizó un poco.  Fue la noche blanca de las cervezas negras.

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