Cuando empieza el examen se impone el silencio. A veces tarda, pero llega. Al cabo de unos minutos, hasta el más díscolo, zoquete o disruptivo, comienza a sentirse cómodo en la plácida ausencia de señales, de ruidos, y entra en un estado de sosiego en el que raras veces tiene la oportunidad de zambullirse.
1 comentario:
El silencio es una invitación a pensar, y no siempre es fácil ...
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