17.8.13

La cuna del haiku

Primero, allá por 2008, visitamos su tumba en Otsu.  Luego seguimos el rastro del Oku no hosomichi y estuvimos en Matsushima, en la casa de los Pérsimos caídos de Kioto y en Tokio.  Ahora, como remate, llegamos a la casa natal.  Remontada asalmonada de la tumba a la cuna de Matsuo Basho.

Ueno es una ciudad que está relativamente cerca de Osaka y no podíamos desaprovechar la ocasión para ir.  Lo que pasa es que, una vez que llegas allí..., bueno, en la próxima entrada lo contaré porque no deja de tener gracia.

Basho vivió Ueno hasta los veintitantos años, cuando murió su amigo y protector Todo Yoshitada, que tenía solo dos más que él.  A partir de entonces deambuló por todo Japón, aunque su base la estableció en una pequeña choza junto al río en Tokio, llamada entonces Edo.

En Ueno se conserva la casa natal y una de las pequeñas fincas en las que estuvo retirado escribiendo alguna vez que volvió por aquí.  Hay también un museo y una edificación en su memoria, alrededor de la cual en octubre se celebra un gran festival de haikus en su honor.

En todos los lugares relaciones con Basho hay unas hojas preparadas para escribir un haiku y dejarlo como recuerdo.  En una de ellas escribí:

     Grandes estatuas
     para el poeta que amaba
     lo pequeño.

Matsuo Basho está considerado el mayor poeta de Japón, el que dio su dignidad literaria al haiku y uno de los escritores más importantes de toda la literatura japonesa.

Y aquí va el reportaje fotográfico de los lugares "bashianos" de Ueno.

Plegando un haiku que escribí en la casa natal de Matsuo Basho. 
En el jardín, junto al platanero.
Interior de la casa natal de Matsuo Basho.
Pequeño bosque de bambú en la puerta del museo de Basho.

Este edificio, llamado Haiseiden, contiene una estatua del poeta.
El tejado simboliza el sombrero que usó en sus viajes. 

Minomushi-An, cabaña de Basho.
Casa natal.

La mujer encargada de la casa natal muestra el platanero, (que en japonés se dice Basho)
 y que dio nombre artístico al poeta, porque había uno plantado junto a su choza en Tokio.
Otra vista del Minomushi-An.

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