6.8.13

El emperador

El Tenno o Mikado es una figura sin parangón en otro país.  La dinastía, con leves interferencias y distintos niveles de poder, está en el trono del crisantemo desde hace casi mil quinientos años.  Por aquel entonces acababa de derrumbarse el imperio romano, el islam no existía y Estados Unidos era una inmensa pradera de bisontes.  De Francia, Italia, España, Alemania... no había ni el más mínimo atisbo de su existencia.
Acabada la Segunda Guerra Mundial Japón se rindió y el emperador se vio obligado a reconocer su naturaleza no divina.  De eso trata, entre otras cosas, la película que acabamos de ir a ver a los cines Toho de la estación Nijo de Kioto.  Emperor plantea la pregunta crucial en aquel momento: ¿fue el emperador responsable de la guerra que llevó a Japón a su propia destrucción?
No es una gran cinta, pero trata con relativa ecuanimidad el asunto de aquella guerra entre países que ahora son aliados.  Un personaje japonés llega a decir que ambos países fueron responsables a fin de cuentas.  Hay una historia de amor intercultural y un Tommy Lee Jones que no es creíble como MacArthur, a pesar de su gran pipa.
Menos mal que la han puesto en versión original en inglés (muy americano) con subtítulos en japonés, si no, imaginen de lo que nos habríamos enterado.
Con algunos momentos emotivos y unas interpretaciones correctas es una película histórica que se deja ver y que resulta especialmente curiosa aquí, precisamente en la capital imperial de Kioto.

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