Faltan dos semanas para que los pésimos altavoces de las calles y centros comerciales emitan esa famosa canción que escribió el cura austriaco Joseph Mohr en 1816, pero esta noche pasada, los que vivimos cerca de aeropuertos de gran tráfico hemos oído el silencio, provocado por la repentina y masiva enfermedad de los controladores aéreos. ¿Quién nos iba a decir a estas alturas de la sociedad civil y del ocio que oiríamos de nuevo la palabra "militarización" aplicada a unas vacaciones y que veríamos vehículos militares estacionados en las paradas de taxis? Silenciosa sí, pero ha sido todo menos una noche de paz.
P.S.: El anarquismo vuelve a las viejas ideas de implantar el caos en la sociedad. Esto se parece un poco a aquella novela de Chesterton , El hombre que fue Jueves.
1 comentario:
Muy bueno. Creo que ahora sería el momento más oportuno para que la verdadera información llegue a todos aprovechando todas las ventajas que nos ofrecen las nuevas tecnologías. Hay que informar a la gente de lo que realmente está pasando para que no ocurra como otras veces: que los populares aprovechen la ocasión para sumar votantes. Por favor, no lo permitamos. Se necesitan reflexiones y comentarios más profundos y claros.
Publicar un comentario