Cuánto me acordé ayer del Frente Judaico de Liberación y del Frente Popular Judío e incluso del Frente Popular de Judea, que ocupaban las gradas del anfiteatro en La vida de Brian. El sábado por la noche me di una vuelta por la "revolución", como quien va al zoo o a un bar de copas. Quedaban pocos pero son pertinaces. Sentados en el suelo, hacían rular la palabra y se repetían hasta la saciedad (no hasta la sociedad) tres o cuatro ideas más o menos incontestables, pero también indiscutiblemente estáticas. Eran justas, razonables (no lo dudo), pero daban vueltas con el megáfono y parecían estar atrapadas en ese círculo concéntrico y concentrado. Me supongo que muchos seguirían así hasta las 20:00 horas del día siguiente, porque al final hubo 12 millones de abstencionistas. No digo que todos fueran miembros de la #spanishirevolution. Habría alféreces tuertos de la legión, anarquistas decimonónicos, señoras impedidas, domingueros eructando en caravanas, profesoras en Kioto... Pero a mí me dio la impresión de que parte de las pocas nueces han podido ser el fruto del tanto ruido.
Total, que la gaviota ha soltado su lastre de chapapote en Irak y ha levantado el vuelo, como en aquella canción de Perales, mientras las rosas o los capullos se marchitan, siguiendo el ciclo universal del turnismo, como en la peor pesadilla nietzscheana:
Bosteza de política, banales
dicterios al gobierno reaccionario
y augura que vendrán los liberales
cual torna la cigüeña al campanario.
Antonio Machado
Aquí les dejo una fotocomposición conmemorativa de la jornada electoral que ha hecho mi hermano. ¡Qué arte!
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