Hace unos días tuvo lugar en el centro educativo en el que trabajo una actividad muy curiosa. Nada aparatoso: un hombre, un power point y un puñado de alumnos de E.S.O. y Bachillerato. La cosa era muy simple: este señor (que venía por gentileza de una editorial de libros de textos) hablaba, hacía preguntas y regalaba bolígrafos y libros a quienes sabían las respuestas. Todo resultó muy divertido y para el alumnado supuso una hora de relajación y distracción con respecto a los rollos cotidianos que les soltamos los profesores convencionales.
Lo interesante fue que el ponente dio toda la charla de cabo a rabo en inglés y puedo asegurar que ningún alumno o alumna hizo ningún comentario o gesto que delatara que no se estaba enterando. Respondían a las preguntas con soltura e hicieron uso del comodín del teléfono.
Me pregunto cuántos carraspeos, incidencias y protestas hubieran tenido lugar en una charla de este tipo hace, pongamos por caso, veinte o treinta años en ese mismo contexto escolar (7º de EGB, COU).
Lo que pasó hace unos días no lo mide PISA, pero me da igual. Me bastó con haberlo visto/oído con mis propios ojos/orejas.
1 comentario:
Gracias por escribir sobre la superioridad de los jóvenes actuales. A ver si acabamos con el tópico e incierto comentario de que antes todo era mejor
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