29.11.10

Divagación sobre la divagación


Según un estudio de esos semi-estúpidos que hace alguna universidad ociosa, divagar produce o conduce a la infelicidad.
Al parecer estamos divagando el 46,9 % del tiempo, es decir, casi la mitad del que estamos despiertos. Solo nos centramos para conversar, hacer ejercicio y practicar el sexo. Estas dos últimas actividades en según qué contextos son sinónimos y la primera se presta más que una tarde de lluvia a la dispersión poetizante pura y dura. Los investigadores concluyen que pensar en el pasado o en el futuro acarrea la tristeza. Conclusión zen donde las haya. Es mejor estar donde se está, aquí y ahora, en lugar de en Babia o las nubes/luna de Valencia.
No obstante, también cabe preguntarse si no sucederá al revés, que no entristezcan los divagadores, sino que divaguen los tristes. Cualquiera sabe.
Yo mismo estoy empezando a notar que me torno taciturno con esta disertación que no sé muy bien hacia dónde va.

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