Como dijo Cela en cierta ocasión cuando saltó la noticia de que Alfonso Grosso estaba arrumbado en un psiquiátrico de Málaga: "No es Balzac. Ninguno somos Balzac, pero...". Vale que Carlos Edmundo de Ory no es Lorca, ni Machado, ni siquiera Blas de Otero, pero es una voz potente y contracorriente en la poesía española de la segunda mitad del siglo XX. Ahí van algunos de sus aerolitos que siempre me gustaron. Descanse en paz.
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El hombre, ese animal que mira las estrellas.
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Matad a los autores, resucitad a las gentes.
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No existen palabras específicamente poéticas.
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