14.11.10

Coincidentia oppositorum


Esta expresión latina la ha usado la filosofía desde los tiempos remotos del Oscuro Heráclito y viene a querer decir que una cosa es lo que es y su contrario. O sea, es una forma culta y refinada de decir paradoja o contradicción. Ayer, por cierto, se dio una de esas en las calles de Madrid. Un diputado del PP vociferaba junto a un alcalde socialista y un montón de activistas izquierdistas. Y lo hacían por una causa irrefutablemente justa: la matanza de civiles saharauis en El Aaiún a manos de las fuerzas de seguridad marroquíes.
Nunca llegué a comprender en su momento la pasividad del régimen franquista ante la Marcha Verde. ¿No eramos un imperio de águilas y legionarios de pelo en pecho? ¿Por qué nos íbamos como se fueron los ingleses de Palestina y ahí os las den todas? Es verdad que la situación no era para tirar misiles, pero tampoco para coger la cabra y sus cagarrutas y darles por siempre la espalda a esas gentes, muchas de las cuales todavía tienen nacionalidad española.
A ellos al Legión, aunque se pongan cascos azules.

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