9.11.10

Nueva ortografía


No seré yo de los que incurran en profunda depresión por el cambio de nombre de la vigesimosexta letra de nuestro abecedario (o alfabeto). Ignoro si la Casa Real (nostálgica como Odiseo) ha metido baza en el asunto de la y griega, pero la decisión depende de la Asociación de Academias de la Lengua Española y en todos esos sitios donde nunca se ponía el sol son muy republicanos.
La paulatina desaparición de las tildes tampoco creo que sea para tanto. La propuso García Márquez porque el noventa por ciento de las palabras se pueden leer sin ayuda de las tildes sin el más mínimo problema. Y la tilde de "guion" ya estaba tardando en caerse, que se nos ponía a los profesores de Lengua una cara de tontos cuando explicábamos eso de que era un diptongo monosílabo pero no era un diptongo monosílabo. Cuando se enteren los franceses se van a volver locos de contentos y van a tomar la Académie con un pecho al aire. Vive l´Espagne.
Estas reacciones neofóbicas en una población que se caracteriza por la falta de respeto endémica hacia todo lo escrito, especialmente las tildes, me recuerdan aquel viejo chiste:
--Tantos años para aprender a decir pinícula y ahora resulta que se dice flim.

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