10.10.11

Efecto colateral del monte Fuji

Nuestra querida corresponsal en Kioto ha estado este fin de semana en un congreso de lingüistas en Tokio. De vuelta se asomó a la ventana con la esperanza de que el monte Fuji no estuviera, como es su costumbre, oculto tras las nubes. Y hubo suerte. Por primera vez pudo ver su cima elevándose más allá de una gran capa de cúmulos o nieblas densas. Incluso le hizo una foto. Con la alegría se olvidó el móvil en un asiento del shinkansen al que se había desplazado para hacer mejor la foto. Cuando fue a darlo de baja, y una vez superadas las barreras idiomáticas, los empleados de la compañía no entendían qué se les estaba pidiendo. No cabía en sus cabezas que se diera de baja un número por el simple hecho de que el aparato se hubiera extraviado en un tren que transporta miles de pasajeros al día. ¿Por qué iba a quedárselo alguien?
Veinticuatro horas después ya lo han localizado y se lo van a enviar por paquetería a casa.
Made in Japan.

No hay comentarios: