3.10.11

Control de la ira

Vengo del supermercado. Tres señoras británicas me han tenido en la caja cinco minutos porque una de ellas ha ido a la frutería a pesar... ¡una cebolla! He reflexionado en estos términos:
--Si me cabreo, me voy a llevar dos cosas negativas: la pérdida de tiempo y el cabreo.
Así que me he concentrado, he mirado hacia el mar (que sí, que se ve desde la caja, lo juro por Neptuno) y no me he cabreado, pero he acabado perdiendo cinco minutos en el supermercado y otros tres escribiendo esta entrada del blog.
Hace unos días incurrí en ira contra el señor Artur Mas. En aquella ocasión también la contuve, aunque se me escaparon unas gotas al final.
Tengo días.

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